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Feliciano Ordóñez

Mayores invisibles

La necesidad de recuperar las actividades para los jubilados

Últimamente se está hablando y mucho del momento difícil de los jóvenes, y es cierto, les ha tocado vivir una situación en la que entra en juego la responsabilidad y el deseo de vivir la juventud, de disfrutar y aprovechar esos años en los que parece que nada puede detenernos. Hemos puesto tanto nuestro foco en los jóvenes que nos hemos olvidado de las necesidades de los mayores. No me refiero a esa imagen distorsionada y por muchos aceptada de los mayores pasivos, sino a la realidad de mayores que aún disfrutan de todo lo que puede ofrecerles la vida.

Parece que nos olvidamos que también existen, y que son muchos. Les hemos confinado física y socialmente, ya que la inmensa mayoría ha tenido que cambiar su forma de vida por culpa de la pandemia, han tenido que volver a recortar su actividad, además de volver en una gran mayoría a su aislamiento.

La realidad de Asturias es que más de 60.000 mayores viven solos, la mayoría mujeres, y parece que a nadie le preocupa que no han podido volver a abrir sus asociaciones y volver a reunirse. Durante años les hemos impulsado a que se mantuvieran proactivos, han desarrollado actividades físicas y culturales, les hemos animado a seguir manteniendo redes sociales para evitar ese mal que es la soledad. Y han respondido a todo ello creando asociaciones donde se juntan para hablar de sus cosas, organizan actividades para seguir aportando arte, cultura y mantener un estilo de vida activo. Han aceptado el reto y roto tabúes que mantenían una edad adulta rutinaria y dependiente.

Personalmente tengo la gran fortuna de colaborar con una de esas asociaciones. Mujeres que han adoptado esta forma de vida adulta activa, mujeres que siguen aprendiendo y formándose pero a la vez se juntan y se apoyan entre ellas para seguir manteniendo las ganas de vivir. Las he visto haciendo teatro, turismo, creando redes de apoyo social, colaborando con sus barrios y vecinos. Como ellas, hay cantidad de mayores que se sienten perjudicados y sin apoyo para volver a recuperar sus espacios. Volver a juntarse para disfrutar igual que lo hacen los más jóvenes. Pero tienen una mayor dificultad para ello, ya que no aparecen en prensa, no generan debate, son invisibles. No les veremos desplegando una pancarta pidiendo libertad, tampoco en macrofiestas siendo desalojados de centros de ocio. Es posible que estemos ante una gran injusticia al dejarles de lado y ni siquiera mencionar sus necesidades.

Por eso invito a las personas responsables que no se olviden de todos ellos, que muestren que todos tenemos los mismos derechos a desarrollarnos independientemente de la edad. Que realmente se les apoye, que no sean solamente visibles cuando se les necesita para llenar lugares fuera de temporada. En definitiva, volver la mirada a sus necesidades, llenarles de la dignidad que merecen y facilitarles la vida que puedan disfrutar.

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