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Herminio Huerta

Para cambiar

Herminio Huerta

Empleo público a mansalva

España supera los 2,7 millones de funcionarios

Ilustración

Según el Boletín Estadístico del Ministerio de Política Territorial, España ha alcanzado en el primer trimestre de 2021 una cifra de mas de 2,7 millones de funcionarios públicos que supone el récord en la historia de nuestro país. Este aumento se produce de forma continua desde el año 2018 cuando Sánchez se hace cargo del Gobierno. Solamente en el transcurso del año pasado, el de la pandemia, se contrataron 112.000 funcionarios nuevos, al parecer para reforzar la sanidad y la educación. Es conveniente aclarar que el 60% de los trabajadores públicos desempeñan su función en las comunidades autónomas, por lo que de este crecimiento desorbitado no hay que echarle toda la culpa al Gobierno central.

El aumento del empleo público se contrapone con lo que ha ocurrido en el sector privado que, en ese mismo periodo, sufrió una destrucción de 600.000 puestos de trabajo, sin incluir otros 400.000 en ERTE, por lo que nos encontramos con que ya hay un empleado público por cada cinco trabajadores, así que nos vemos obligados a destinar una cuarta parte del gasto total del Estado a pagar a los funcionarios y, como todos ustedes saben, esa pasta sale siempre de la caja de los impuestos.

Soy consciente de que, en momentos excepcionales como ha sido el del virus, es necesario reforzar sobre todo el área sanitaria y también la educativa, pero nos encontramos con la paradoja de que el servicio de salud que se está prestando no satisface las expectativas de los ciudadanos pues son múltiples las quejas que se producen por la atención primaria y las demoras inaceptables en consultas, operaciones y tratamientos. Por otra parte, a pesar del aumento de trabajadores, no hay una percepción clara de la población de que el sistema educativo este mejorando, pues los informes de organismos internacionales nos siguen situando, en todos los parámetros, a la cola de los países desarrollados. Tampoco la ciudadanía tiene la sensación de que la atención administrativa y burocrática en general haya mejorado recientemente.

Se preguntarán ustedes: ¿entonces que es lo que esta pasando para que el incremento progresivo de los trabajadores no se refleje en una mejora en la calidad de la función de la Administración? La respuesta es clara, hay una ineficiencia crónica de la gestión pública que esta plagada de duplicidades y farragosos procesos burocráticos inútiles. Una encuesta reciente fija en el 70% el descontento de la gente con los servicios que reciben, pero nuestros gobernantes y también la oposición, siendo conscientes de este problema, no son capaces o no quieren meterle mano y, como solución, para seguir alimentado al monstruo, todo lo que se les ocurre es subir la carga impositiva al contribuyente para pagar un empleo público desorbitado que, además seguirá creciendo debido a la falta de reestructuración de la administración del Estado y de las comunidades autónomas.

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