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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Ministros a la parrilla

Puede que Garzón aspire a convertirse en el primer ministro vegano y que tome espanto de los pecados de la carne, que ya se sabe por San Agustín que es débil, como la cotización a la baja de Podemos en la cesta de la compra. Se intuían de lejos los gustos alimenticios del titular de la cartera de Consumo, si se tiene en cuenta que vendió una sigla histórica a cambio de un plato de lentejas. Además, ¿cómo no va a denigrar el chuletón un ministro que vegeta? Si el muchacho albergara un atisbo de vergüenza torera, tras los rapapolvos del presidente del Gobierno y del titular de Agricultura y las admoniciones del sector cárnico presentaría la dimisión y marcharía a plantar cebollino. O habría que destituirlo, pero está más blindado que un sindicalista en un comité de empresa. A Garzón, que es carne de cañón, no le alcanzan por ahora las brasas de la parrilla; pero, como ministro, algunas de sus declaraciones ponen la carne de gallina.

Tras la escabechina en su Gobierno, Sánchez ha puesto toda la carne en el asador de cara al final de un mandato que se aventura indigesto. Con el PP comiéndole la tostada en las encuestas a poco que el pa amb tomàquet se le agrie en Cataluña, el presidente del Gobierno ha decidido darle un mordisco a la yugular del Gabinete y cambiar la carne trémula por un bistec más liviano. Con la que está cayendo, mejor ternera reciente que vaca vieja. A resultas de la contundente respuesta a Garzón, ya sabemos que el líder plenipotenciario del PSOE es político de hábitos carnívoros, aunque desconocíamos su gusto antropófago de Saturno desalmado que no duda en devorar a los más fieles con tal de alimentar su narcisismo. Oído, cocina: marchando otra de ministro a la parrilla, vuelta y vuelta.

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