La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Carlos Fernández

Trankimazin

El polarizado debate sobre las actividades del Rey emérito

Desayuno escuchando las noticias. Cada poco cambio de emisora. Ya saben, alimentación variada, para evitar las carencias. Si solo se comen zanahorias uno se queda amarillo. Hay que disfrutar de todo, hasta de la carne roja, que es excelente, diga lo que diga el ministro consumeru, que confunde productos cárnicos procesados con filetes, menudos asesores tiene el tío.

Y todas las mañanas me pasa lo mismo: tras las noticias me llegan los nervios. Vamos a ver, estos días las emisoras están con la pandorga del Rey emérito (y las olimpiadas, que menudo plan). Yo creo, y perdonen que me meta, que mucha gente intenta en esto llevar el agua al su molín. Al parecer este hombre tenía una libreta de ahorro, como yo en la Caja Rural, pero él en Suiza, y un juez de allí, que son muy exactos, notó algo y salió a relucir una cantidad irregular, similar en valor actual al robo del Banco de Inglaterra que trajo de cabeza a Phileas Fogg, ya saben el de la Vuelta al Mundo. Y el grillo empezó a cantar, perdón, a estridular, que así se dice. Y la Zarzuela chitón –media frase ruinuca en Navidad–, lo que me parece un gran error. Y ahí las emisoras “de un lao”, en lugar de informar con objetividad, recalcan que se está olvidando todo lo que el anterior Rey hizo por España: traer la democracia, el 23 F, todo aquello. Seamos serios, la democracia la trajeron Torcuato, que era de Gijón y listu como él solu, y Adolfo Suárez, que era menos listu pero gustaba mucho a les muyeres, que son la mitad de la población. Y el 23 F, el Rey hizo lo que le tocaba como Jefe del Estado de un país con régimen democrático. Si yo fuese de derechas, que según mis hijos lo soy de forma diáfana, diría a los del PP y asimilados: “Tened cuidado, no defendáis por defender, que la gente de la calle ye lenta pero no boba, y lo del Emérito está muy chungo”. Pero cada mañana, en esas emisoras, vuelta la burra al prao. Pero hablemos de los del otru llau. También, en lugar de informar, venden su moto: el Emérito levantó la pasta y la Monarquía tiene que salir por donde el humo. Si yo fuese de izquierdas, que según mi cuñado lo soy a más no poder, diría a los míos: “Chavales, a ser serios; intentar confundir “le voleur de la Banque d’Angleterre”, según Julio Verne, con la monarquía como sistema de Jefatura del Estado es una manipulación igual que la de agradecer la democracia al exrey y pretender que así se tape el escándalo. Hay una cosa que se llaman leyes, y eso es lo que toca, amiguinos”. Y claro, me enveneno mientras extiendo la mantequilla de La Central, porque me engañan unos y otros. Y eso me afecta a los jugos gástricos. Y además, por si fuera poco, en ese momento me doy cuenta que si hoy (mañana a lo mejor no) en lugar de monarquía hay república –que a mi me da igual, lo importante es que el sistema sea democrático– tendremos de Jefe de Estado a alguno de los personajes que actualmente dirigen los partidos en nuestro país. Eso encima. Y es cuando me levanto a por el blíster de Trankimazin.

Compartir el artículo

stats