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Xuan Xosé Sánchez Vicente

Miserias y abusos

De la falsa denuncia a la reciente visita del Presidente a la Laboral

La falsa denuncia de un homosexual por una agresión que no fue tal ha vuelto a iluminar la miseria de la política española, su encanallamiento. En este caso, especialmente en la izquierda, aunque Vox no se ha separado del tono general. Ver a comentaristas y tertulianos correr a culpar a la derecha de ser los responsables indirectos del fingido asalto; sorprender a Pérez-Castejón adelantando una convocatoria institucional para sacar rendimiento político del ficto ataque homófobo, oír a su ministro del Interior, con su retórica monjil, responsabilizar a la derecha; escuchar, una vez más, a los abascalinos echar la culpa a la inmigración, produce auténtico asco.

Pero es el clima en que vivimos desde hace tiempo: la política como sistemático e insistente enfangamiento del rival. Ahora bien, no culpen ustedes únicamente a los políticos. Vayan a los bares, visiten los hogares particulares y encontrarán que en muchos de ellos no hay otra televisión que la de los canales cloaca, donde, remedando a Cervantes, “toda indignidad, mentira y manipulación tienen su asiento”.

Sí es notable que nuestra izquierda, en general tan hostil a los Estados Unidos, no haga otra cosa en los últimos tiempos que importar e imitar las modas y sectarismos yanquis: el feminismo divisivo, el revisionismo del pasado, la política de la damnatio memoriae, de la que aquí, en Asturies, sabemos desde el tiempo de Augusto, el enfrentamiento tribal. Todo ello, contra la economía, el empleo y la concordia civil.

Pero, a propósito de la falsa denuncia, quiero hacer una reflexión sobre de los hechos que están tras ella. Un encuentro (acaso venal) de un individuo con dos; un individuo que consienten que graben en su cuerpo la palabra “maricón”; los dos tipos que no solo gozan con el sexo en común sino que necesitan dejar constancia de su poder mediante la violencia y la humillación; un novio o conviviente al que inicialmente se engaña; la mala conciencia del engañador; su consciencia de que en el discurso social que se vive su mentira puede colar. ¡Qué sordidez!

En otro orden de cosas, señalo que existe un malestar no pequeño en Euskadi por un programa informático, Ticket-bai, que las Haciendas Forales y el Gobierno Vasco ponen en marcha a partir del año que viene, tras algún aplazamiento. Ese programa será el medio único para comunicar la emisión de facturas con la hacienda vasca. Su principal función es que todas las facturas sean comunicadas en el mismo momento de su emisión a través de Ticket-bai. Las multas por “incumplimiento o manipulación” se sitúan en el ¡20% de la cifra de negocios! Y un mínimo a partir de 20.000 euros. El programa obligará a adquirir un nuevo software y, seguramente, en muchos casos, nuevos equipos. Fíjense cómo será la cosa que se prevén incentivos fiscales de entre el 30% y el 60% en el IRPF, Impuesto de Sociedades e Impuesto sobre la Renta por implantar el programa.

Ese envío inmediato causará problemas obvios para las modificaciones posteriores, bien por defectos en la factura, errores, desacuerdos del comprador, rectificaciones, problemas con los equipos informáticos, etc., que serán después difíciles o complejos de subsanar. El trabajo, además, se multiplica exponencialmente (hasta ahora, como en el resto de España, la empresa solo informa al gobierno del detalle de facturas superiores a 3.000 euros una vez al año, y de la cifra global de facturación, si bien es obligatorio guardar copia de todas las facturas).

El ucase no afecta solo a las grandes empresas, también al mínimo comerciante, carnicero, repartidor de mercancías, taxista, quiosquero… Imaginen ustedes. Esperemos que no cunda el abuso.

Y, para abuso, el de Pérez-Castejón con la prensa en su reciente visita a la Laboral. Ya no es que no conteste preguntas, ¡es que tuvo encerrados y vigilados a los periodistas una hora durante su visita, para que no incordiasen! Bien podrían decirle, siguiendo aquel “porque no me tratara Barbarroja / de la manera que me tratas, Juana” de Lope de Vega: “porque no me tratara Kim Jong-Um, de la manera que me tratas, Pedro”.

Hasta que no se planten…

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