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Fernando Granda

La tele, la radio que quieres

La función de las cadenas de televisión públicas

La 1 es el canal de televisión de todos. RNE es la cadena informativa de Radiotelevisión Española, la cadena pública, la que pagamos todos los contribuyentes. Y los informativos de RTVE deben ser los que preparan y realizan los profesionales de la información, los periodistas. Por eso choca una iniciativa lanzada por la cadena animando a los telespectadores a señalar “La RTVE que quieres”, “la radio que quieres”, en general, sin especificar tipos de programas, horarios, temas a tratar, etc. Cuenta el compositor y guitarrista argentino Gustavo Santaolalla, que estos días da conciertos por diversas localidades españolas, que su padre le repetía a menudo la frase “no hagas nada que no te haga feliz”. Como entretenimiento estas palabras son comprensibles, pero informativamente no.

Los programas informativos han de reflejar la realidad, no tienen que ser agradables al espectador ni especulativos o morbosos. Tampoco tendenciosos o sectarios, han de ser objetivos. Por eso el eslogan confunde al espectador por su simpleza. Sobre todo después de decidir la nueva cúpula directiva del ente el cese o la no continuidad forzada de ciertos programas, alguno de ellos con visible y notable éxito ascendente, realizada al final de la pasada temporada televisiva. Más bien pareció que respondían a la “la tele que algunos quieren”.

Los canales privados responden a intereses privados. Si su programación es tendenciosa, sectaria o dirigida a un estamento de público concreto están en su derecho si cumplen con la legislación vigente. Su éxito o fracaso dependerá del favor del público, lo que conllevará que acudan más o menos anunciantes y promotores, además de la calidad de sus proclamas. Recuerdo cómo, antes de las últimas crisis, los anunciantes acudían en masa al diario con las tarifas más altas de todo el panorama periodístico. La calidad del producto y de la propaganda caracterizan el anuncio.

Por otra parte, el eslogan es puramente un eslogan, una frase publicitaria. Aunque parece animar a participar, personalmente no he encontrado el enlace para darle a Radiotelevisión Española mi opinión. De lo que deduzco que no obtendrán lo que piensa un espectador, un oyente, o como dicen en algún programa radiofónico, un escuchante (lo que excluye a quien no esté atento, al que tiene la radio como acompañante mientras hace alguna labor), es decir, un ciudadano interesado en su programación.

Por supuesto, porque participen o no los radioyentes y televidentes no indica que la muestra fuera puramente demoscópica. Pienso que sería un apoyo a una idea, a una intención de democratizar el o los canales de los contribuyentes. Respecto a los programas informativos, lo imprescindible es que sean realizados por periodistas, por profesionales de la información, que sean lo más objetivos posibles, sin sectarismos y tendenciosidad.

La credibilidad es fruto de la objetividad. La reciente salida del organigrama empresarial de polémicos directivos presuntamente tendenciosos, denunciados por los comités de Redacción, ayuda a crear la credibilidad necesaria. Es de esperar que la cúpula directiva recientemente elegida tenga en cuenta estas premisas y no responda a presiones exteriores.

Trabajan en las redacciones del ente periodistas con una larga trayectoria informativa, con un prestigio ganado a través de años de recorrido, innovadores en el modo de hacer televisión y radio. Su reconocimiento es la mejor fórmula para presentar una televisión y una radio de todos, para todos, la que presumiblemente queremos. Y sean bienvenidas las ideas, las querencias de los radioyentes y televidentes.

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