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Las médicas no cogen el teléfono

La realidad de la Atención Primaria en Asturias

Resulta que el que manda ha prometido a la población lo que le ha pedido, lo que le convierte en un líder querido por el pueblo. La atención presencial en los centros de salud está pidiéndose por todos, desde asociaciones de vecinos y alcaldes pedáneos hasta la oposición en todas las comunidades autónomas. Incluso creo que una mayoría de especialistas de los centros de salud lo reclaman porque el teléfono nos saca de la zona de confort. Pero nadie informa al paciente, cliente, usuario, de la realidad.

La realidad es que no hay era postcovid, que esto va a quedarse entre nosotros, que hay una oportunidad de mejora de la gestión, que hay un 10 por ciento de población no vacunada y que todos lo podemos transmitir.

La realidad es que era una atrocidad juntar niños enfermos y embarazadas en una sala de espera y se hizo en los centros de salud cuando no había pediatra para que le viera la de familia, que todo lo sabe. Y nadie de la organización dijo nunca nada entonces porque es difícil hablar de vectores y malformaciones a una población que ha cambiado su cultura en los últimos cuarenta años.

Ahora juntaremos en la sala de espera gente con covid y gente vacunada, que no inmune. La sociedad que atendemos es diferente a la sociedad de la que venimos y la intolerancia a la frustración es máxima. Y los políticos, que son águilas, lo ven. Así que no se va a moderar o modular o modificar la asistencia a los centros de salud.

Quieren que todo sea igual que antes porque lo pide el pueblo en forma de colectivo interlocutor que se atribuye la lucha del gremio, barrio, concejo o minoría afectados y porque lo que es la Atención Primaria, para que sirve y que debería hacer es distinto de para qué se usa y de lo que se hace. Así que démosle la función que me piden y no la que puede hacer.

La realidad es que Asturias es la que mas dinero gasta en sanidad, pero es la decimocuarta en gasto en la parte que va a Atención Primaria. Es la comunidad que más porcentaje de camas en residencias para mayores de 65 años tiene, y eso lo atiende atención primaria, cuando es una atención cuaternaria. La realidad es que hay ocho gerencias de Atención Primaria cuando en Cantabria hay una o entre las dos Castillas hay 25. La realidad es que Asturias es la que mayor porcentaje de vacunación tiene pero también la que mayor letalidad por covid, por ser una población con el mayor índice de envejecimiento. Los líderes de la organización les venden a los usuarios las cosas que se pueden comprar. No les dicen que nos han puesto una agenda de 43 paciente al día cuando en Castilla y León quieren que sea de 30 o que las sociedades científicas de prestigio, como Semergen, proponen una ratio de 1.300 pacientes cuando Asturias, en 2017, andaba por 1.474, mas de un 10 por ciento de desviación de lo deseable.

Aquí no se proponen soluciones porque la relación médico/político, como la del médico/enfermo, se basa en la confianza y esta ha de ser mutua. Hemos visto en Llanes modificar los criterios para evitar el cierre a principios de julio haciendo la trampa de contar la población flotante para no cerrar garitos y no incrementar los sanitarios que atienden esa población reconocida según para que cosas, población que han dicho que eran 150.000 personas un domingo, el doble de la población de Avilés: Botellón 1 - Atención Primaria 0.

Hay soluciones muy evidentes, como se deduce de los datos, pero nadie las reclama, siendo esa la diferencia entre un político y un estadista: dar a la población lo que pide y no lo que necesita. Hemos visto pedir consultas de tarde en centros de salud, pedir UCIs a 15 minutos del HUCA y no hemos visto a gente protestar porque salen del hospital sin saber cuando tiene la cita de revisión.

Una de las claves de la gestión es bajar las expectativas del usuario, así no se verá defraudado. No esperamos nada y, a poco que nos den, nos quedamos satisfechos. Da igual que uno sea el paciente número 60 cuando solo eran 43 los que iba a ver la especialista del consultorio, la cosa es que le vean. Eso sí: todos protestaríamos si el conductor del autobús nos llevara a Cádiz del tirón.

No vamos a hablar de que ya no hay médicas especialistas en medicina familiar, que ese es un problema que se sabía desde hace décadas, pero nadie se atrevió a resolver. Recordar que esa que está ahí sentada en la consulta ha tardado 10 años en llegar a ese lugar.

Y hablo en femenino porque la mayor parte de las especialistas en familia son mujeres, esas que no quieren coger el teléfono y ha tenido el responsable de la organización que decirles que si alguien quiere consulta presencial ha de ser presencial. En esas declaraciones cometió el micromachismo de decir médicos. En estos políticos de paridad, de eternos circunloquios, sorprende. Son esas trabajadoras de Atención Primaria las que mayor porcentaje de fallecidos entre las distintas especialistas han puesto en la pandemia, pero no tienen tiempo para ser tiktokers y salir en redes, que es donde se gestiona el prestigio social.

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