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Ángel Machado Cabezas

Horarios absurdos en España

El reloj y las costumbres

Los horarios oficiales de los países con frecuencia no coinciden con los solares, pero hay cierta relación entre ellos. En España el horario oficial no es muy lógico al tener un retraso de una hora en invierno y dos horas en verano sobre el solar y difiere claramente del de los países de su entorno. Por ejemplo, en Reino Unido la hora oficial es una menos que la de España a pesar de que España está más al oeste lo que supondría que debería tener una hora oficial inferior, no superior. Alemania, que está aproximadamente a dos horas solares más que España, en cambio tiene la misma hora oficial que nosotros.

La hora oficial condiciona la forma de vida. En España tenemos tendencia a acostarnos y a comer y cenar tarde en buena medida porque nuestra hora oficial está retrasada frente a la solar. Si, por ejemplo, a principios de julio en lugar de oscurecer hacia las 10 de la tarde lo hiciese dos horas antes, es decir, a las ocho de acuerdo con el horario solar, es seguro que la jornada terminaría antes para la mayoría de la población.

Según el experto en sueño Matthew Walker, un adulto debe dormir unas ocho horas diarias para no perjudicar su salud física y mental, pero en España de media no se llega a este valor debido a que nos acostamos más tarde de lo debido, en parte, como queda dicho, por los horarios oficiales erróneos.

Tampoco es nada lógico el horario habitual de las jornadas laborales partidas. No tiene mucho sentido hacer una parada de dos horas o incluso mayor a mediodía para comer, obligando así a terminar la jornada muy tarde. Si se hiciese una mínima parada de en torno a media hora para comer algo que incluso se llevase de casa, se terminaría la jornada una hora y media antes, lo que permitiría hacer diversas tareas personales, mientras que la parada actual de dos horas casi nunca permite hacer ninguna de estas actividades.

¿Y qué podemos decir de las fiestas? Comparando con otros países probablemente en España hay muchas fiestas. ¿Qué utilidad tiene una fiesta que cae un martes o un miércoles? ¿Qué sentido tiene la fiesta de la Inmaculada a dos días de la fiesta de la Constitución que hace que no se sepa si el día del medio es laboral o no en muchas empresas?

Salvo las fiestas de Navidad y Viernes Santo que tienen un elevado arraigo popular, todas las demás fiestas podrían ser en lunes, facilitando de esta forma las minivacaciones y el descanso al juntar tres días no laborales, lo que de paso beneficiaría al sector turístico al favorecer los desplazamientos. Si se eliminasen cuatro de las doce fiestas que tenemos, a cambio aumentaría el sueldo un 1,8% o alternativamente se podrían aumentar en cuatro días las vacaciones y además se mejoraría la productividad general.

En resumen, cambiando los horarios y las fiestas en las formas indicadas se racionalizarían la vida privada y la laboral en España, mejorando además la salud y la productividad del país.

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