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Vicente Montes

El inevitable peaje que se nos viene encima

El Gobierno central está decidido a aplicar una tarifa plana por circular por vías de alta capacidad, pero paradójicamente esa será la única fórmula que permita una rebaja significativa en el Huerna

Los dineros suelen ser habas contadas y las ensoñaciones del cuento de la lechera solo son eso, ensoñaciones. La posibilidad de que Asturias prescinda del peaje del Huerna o logre una significativa rebaja de su coste solo será posible si el Gobierno central establece un sistema de cobro generalizado para los conductores que utilicen las autopistas. Al menos ese es el escenario en el que se mueve el Ejecutivo asturiano, que espera conseguir en los Presupuestos Generales del Estado (ya aprobados en el Ejecutivo y que se trasladarán al Congreso en las próximas semanas) un pequeño caramelo que dulcifique la protesta generalizada por el coste de circular hacia la Meseta. Pero ir más allá no será gratis.

La decisión de establecer algún tipo de cobro a los usuarios de las autopistas y autovías públicas es imparable. El anterior ministro de Transportes, José Luis Ábalos, soltó la bomba con apariencia de globo sonda que en el fondo perseguía poner sobre la mesa una decisión inevitable. Ni siquiera podrá haber debate. Como mucho, podrá retrasarse levemente la decisión, pero los españoles terminaremos por pagar por circular por las autovías públicas, reconocen en medios socialistas.

La mayoría de las vías rápidas españolas han sido utilizadas libremente por los conductores, pero la Unión Europea establece de forma diáfana que el déficit que genera el mantenimiento de estas infraestructuras debe salir de los propios usuarios.

El año 2023 es el horizonte que se ha fijado el Ejecutivo de Pedro Sánchez para implantar el peaje generalizado. De momento todo son especulaciones, pero el planteamiento más avanzado pasa por fijar una suerte de “tarifa plana” por circular, si bien esta medida podrá acabar perfilándose según las situaciones especiales de cada usuario o cada vía de comunicación. Quédense con que lo que ahora se discute es establecer un bono anual de 80 euros para un vehículo ligero. Los vehículos pesados, como camiones o autobuses, tendrían que abonar cuantías que podrían rondar los 400 euros. También se permitirá que el bono se limite temporalmente: un conductor que no utilice diariamente el coche podrá adquirir un bono semanal o mensual para afrontar ciertos viajes.

El Gobierno de España espera así recaudar unos 1.800 millones de euros, destinados a aliviar el agujero que supone al erario el mantenimiento de las autovías y autopistas. España está entre los países con mayor longitud de carreteras de alta capacidad. Con fecha del 31 de diciembre de 2019, España sumaba 17.377 kilómetros de vías de alta capacidad (autopistas de peaje, autopistas libres, autovías y carreteras multicarril) y en esa misma fecha 12.035 kilómetros de esas infraestructuras pertenecían a la Red de Carreteras del Estado. Los países del mundo con más kilómetros de autovías y autopistas son China (con 111.950 kilómetros) y Estados Unidos (77.017 kilómetros). En cifras de 2015, España ocupaba el tercer puesto, por encima de México o Alemania.

Así las cosas, plantear una supresión total o elevada del peaje del Huerna solo será posible si, a cambio, todos los conductores que circulan por autovías terminan pagando una cantidad que permita compensar las tarifas de la autopista hacia la Meseta, que comienza ya a suponer una singularidad en el mapa de autopistas españolas: no existe una alternativa comparable que puedan emplear los conductores y se trata de la principal vía de comunicación de Asturias hacia el interior del país.

El hecho de que la Comisión Europea haya decidido cuestionar la prórroga de un peaje similar en Galicia (lo que ha dado pie a que Podemos recurra ante Europa la prórroga del peaje del Huerna) tampoco terminará por ser una solución. La UE cuestiona el proceso de prórroga no porque sea en sí injusto, sino porque no se hizo correctamente ya que considera que lo adecuado sería volver a sacar a concurso la licitación. Es decir, como ya señaló el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Oviedo Alejandro Huergo, en el caso gallego la UE no interviene evaluando la justicia del peaje, “sino que lo que le importa es que los contratos públicos no se adjudiquen a dedo, porque a la postre resultan más caros al no haber competencia”.

Otra cosa es que esa prórroga del peaje del Huerna, llevada a cabo durante el Gobierno de Aznar y siendo ministro Álvarez-Cascos, fuese jurídicamente adecuada. En definitiva, rebajar el peaje del Huerna será posible estableciéndolo en el resto de autopistas. Y en Asturias la batalla estará en conseguir que la “Y” quede fuera de ese supuesto.

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