Una de las vivencias más significativas de nuestra especie es el embarazo, proceso fisiológico, transitorio y que se inicia con la fecundación. Tras el coito, millones de espermatozoides son depositados en la vagina y, a través del cuello uterino, ascienden al útero y las trompas. El óvulo, por otra parte, se desprende del ovario y sigue el camino inverso. En la trompa se produce el encuentro de ambos y, aunque son muchos los espermatozoides que le rodean, uno sólo es capaz de fecundarlo. Este óvulo fecundado anida en el útero y, a partir de este momento, comienza la gestación de un nuevo ser.
Y ya desde el principio de la gestación se van a producir modificaciones importantes en el organismo femenino que, aunque normales, merece la pena mencionarlas, porque pueden preocupar en exceso a las mujeres: aumento de la secreción vaginal, somnolencia, cambios de carácter, náuseas y vómitos que suelen ceder espontáneamente aunque a veces requieren tratamiento, disminución del apetito (tan sólo en el primer trimestre ya que posteriormente tiende a aumentar, siendo uno de los mayores inconvenientes de este período gestacional), cansancio, aumento y tensión mamaria, etc.
Por todo ello, todos los cuidados que reciba van a tener una importancia vital para ella y para su hijo. Por eso, debe llevar a cabo una alimentación equilibrada, con un buen aporte calórico y nutritivo, dando más importancia a la calidad que a la cantidad, y una vida normal, sin demasiados esfuerzos físicos ni psíquicos. Paseos tranquilos en ambientes saludables, debiendo evitar los locales cerrados llenos de humo de gente. No son aconsejables los viajes muy largos. Imprescindible un descanso de ocho horas por la noche. El alcohol y tabaco no están recomendados y, por lo general, no hay contraindicación a las relaciones sexuales a menos que se trate de casos específicos y el especialista lo crea oportuno.
Sin duda, todas estas medidas de higiene son de sobra conocidas, ya que debido a la diferente proyección social que hoy tiene la mujer, el embarazo es vivido de forma distinta a tiempos pasados. Además, gracias a toda la información de que se dispone actualmente, la mujer tiene mayores conocimientos sobre el periodo gestacional, lo que le permite perder los temores y miedos de antaño y llegar al parto serena, para vivir uno de los momentos más trascendentales en su vida, que es el nacimiento de un hijo.
