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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Más mesas y menos muros

De todas las frases brillantes que, hasta ayer, se habían pronunciado en esta edición recuperada de los Premios “Princesa de Asturias”, destaca una del cocinero José Andrés, un tipo que te gana por el estómago y por el corazón, dos vísceras esenciales para procurar la felicidad del prójimo. “El mundo necesita mesas más largas en vez de muros más altos”, dijo el mierense predilecto, profeta en el terruño, doctorado en el grado de generosidad.

Las mesas acercan, los muros separan. En las mesas se revive; escalando muros, mucha gente muere. La horizontalidad que agranda frente a la verticalidad que empequeñece. El mensaje del premio “Princesa” de la Concordia concuerda con la parábola del buen samaritano: de José Andrés destacan más sus hechos que sus recetas.

La universalidad de su cocina no se relata en el índice de un amplio catálogo de menús y platos, sino en la intención del efectivo cumplimiento a las bienaventuranzas: dar de comer al hambriento y de beber al sediento. Allá donde existe una necesidad urgente, donde los desheredados no encuentran qué llevarse a la boca, donde la catástrofe abre las puertas al jinete de la hambruna, llega el ejército de salvación de World Central Kitchen y su humanitario servicio de catering, su mayúscula entrega a domicilio de los desfavorecidos. Al cocinero el gesto solidario le viene de cuna, pues vio la primera luz en el Hospital de la Cruz Roja de Mieres.

En esta larga semana de recorrido regional, José Andrés ha echado mano de sus amigos, de Pedro y Marcos Morán y de Nacho Manzano, para hacer además sana apología de los productos asturianos. Mejores embajadores no pudo encontrar para extender su evangelio.

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