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Oficialidad amable: un plan de transición fácil y sin costes (y II)

Opciones para el sistema educativo

Las acciones que adoptar tanto para los alumnos como para los profesores

Como dijimos, la oficialidad se centra en dos elementos esenciales: la administración y la educación. En esta entrega abordaremos cómo debe ser una transición a la oficialidad en el sistema educativo que cumpla las siguientes premisas:

1) Eficaz en la normalización social del asturiano y la garantía de los derechos de los hablantes.

2) Respetuosa con la voluntariedad de uso: Esto es, que no suponga obligatoriedad para nadie ni perjudique la calidad de vida de nadie, incluyendo en este punto a funcionarios de carrera.

3) Barata. Es decir, que consiga el mayor efecto con el mínimo coste.

Como se ha establecido, la oficialidad debe ser “amable” y no implicar obligación alguna, se debe respetar la voluntariedad del aprendizaje de y en asturiano y la voluntariedad de su no aprendizaje. Para esto, se plantea un modelo similar al de Euskadi y Navarra. Existiría así el modelo A (todo en castellano menos la asignatura de asturiano), el modelo B (al menos el 50% de asignaturas en asturiano) y el modelo G (todo en castellano, sin cursar la asignatura de asturiano).

Hay quien sostiene (con escaso fundamento) que el modelo G no es viable jurídicamente, por ser de obligado estudio una lengua desde el momento en que es oficial. Pero lo cierto es que ni esto es así, ni sería Asturias el único territorio en el que hubiese oficialidad y la no-obligatoriedad de estudiar la lengua propia. Así, en la Comunidad Valenciana existen amplias áreas del Oeste del territorio en las que el valenciano es oficial pero no obligatorio. A mí personalmente me parece un error, como me parecería un error no estudiar castellano, pero es jurídicamente posible y el precedente valenciano existe desde 1983.

Despejadas las dudas sobre la legalidad y volviendo a la implantación de los modelos A, G y B; hemos de decir que los modelos A y G ya existen en toda Asturias actualmente, pues la administración tiene la obligación de ofrecer la asignatura de asturiano a quien desee cursarla y se está ofreciendo (o debería estar ofreciéndose) en todos los centros, niveles y grados. Así, el modelo B sería el único nuevo y su implantación se produciría de forma paulatina y, por supuesto, voluntaria.

Acciones previstas sobre el currículo educativo.

1) Ampliar la carga lectiva de “Lengua asturiana y literatura” hasta tener el mismo número de horas que “Lengua castellana y literatura”. Idealmente un mínimo de cinco horas por semana.

2) Mantener la asignatura de “Cultura Asturiana” para los niños cuyos padres no desean que cursen asturiano.

3) Otorgar un certificado B1 de asturiano a todas las personas que hayan cursado asturiano durante la secundaria y lo hayan aprobado.

4) Otorgar un certificado de asturiano C1 a aquéllas que además lo hayan hecho en un modelo bilingüe (Modelo B).

5) La asignatura de asturiano, para los que la cursen contará y hará media a todos los efectos. Será asignatura evaluable en la EBAU.

6) Creación de uno o varios centros de referencia para las principales áreas educativas de tal forma que, en una primera fase, se pueda contar con un centro en la proximidad que imparta el modelo B bilingüe.

Previsión. El no estudiar el asturiano o en asturiano será posible y no penalizará ni en las evaluaciones ni en las pruebas de acceso a la universidad de modo alguno. Estudiar el asturiano y aprobar las evaluaciones pertinentes, proporcionará un certificado lingüístico oficial; con lo que se premia –como es lógico– el conocimiento de un idioma.

Acciones previstas a nivel del personal docente.

1) Constitución de la especialidad docente “Lengua asturiana y literatura” y convocatoria de oposiciones para dicho cuerpo para dotar de estabilidad a los trabajadores.

2) Valorar como mérito el conocimiento del asturiano en grado suficiente (B2) en la totalidad de plazas en el sistema educativo que se convoquen. (Dado que actualmente el tener un B2 de una lengua extranjera es ya un requisito para ser docente, valorar como mérito la lengua propia no parece un problema).

3) Valorar como requisito el conocimiento del asturiano en grado avanzado (C1) para impartir una asignatura no lingüística en asturiano en los centros que dispongan del “Modelo B” bilingüe.

4) Convocar varias pruebas de asturiano B2 y C1 al año (actualmente se convocan una vez).

Previsión. No se obliga a ningún docente en ejercicio a aprender asturiano. Se consigue la estabilidad en el empleo del actual cuerpo de profesores de lengua asturiana y literatura y una mejora de sus condiciones laborales. El coste presupuestario sería mínimo, únicamente el propio de crear las plazas de funcionario para este cuerpo docente (cuerpo que ya existe, pero está en situación de interinidad). La capacitación lingüística (exámenes) correría a cuenta de los propios interesados, por lo que no habría gasto público aparejado. Además, y a diferencia de lo que sucede con la administración, el amplio porcentaje de interinos puede hacer mucho más fácil la capacitación lingüística que entre funcionarios de carrera. No sería necesaria ni siquiera una prima de bilingüismo.

En conclusión, es perfectamente factible establecer y en un corto período de tiempo (menos de tres años), un sistema educativo que permita el asturiano como lengua vehicular para quien lo desee, donde nadie sea obligado a estudiarlo y con un coste similar al actual.

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