Quizás la supuesta falta de autoestima de España no sea tal, sino más bien falta de confianza de sus elites en el pueblo, un lejano retumbo tal vez del desprecio del viejo régimen estamental. En España fallan muchas cosas, pero al final lo que nunca falla es el pueblo. Aunque decir “pueblo español” suene demagógico no veo otro modo. La respuesta frente a la pandemia del pueblo español ha sido y está siendo formidable, por más críticas puntuales que cada día nos vengan a la cabeza: su ejemplar estoicismo ante un confinamiento que la gente aceptó como inevitable, la masiva respuesta al llegar la hora de la vacunación, la ausencia de estallidos populares frente a las restricciones dan la medida del sentido común y la madurez de fondo de una sociedad. Decir que la refinada Europa rica tiene mucho que aprender de la “basta” España suena a patriotismo, pero qué le vamos a hacer.
