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Jonás Fernández

Tarjeta azul

Jonás Fernández

Nueva PAC: un impulso para nuestro medio rural

En una jornada como hoy, 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género, no puedo empezar esta columna sino con unas líneas de repulsa contra la lacra de la violencia machista, que golpea sin excepción a todos los países la UE y siega cada año las vidas de miles de mujeres y niñas en nuestra Unión. Mi más enérgica condena a esta violencia y todo el apoyo a las políticas públicas necesarias para erradicarla.

Sin embargo, no es esta la cuestión en la que quiero centrar hoy esta Tarjeta Azul, sino en la aprobación final en el pleno del Parlamento Europeo de la reforma de la Política Agrícola Común (PAC). La PAC es, sin duda, las políticas comunitarias de referencia, fundamental para el medio rural en toda Europa y a la que se destina un tercio del presupuesto de la UE. Pese a no ser perfecto, el texto que hemos refrendado esta semana –fruto de más de tres años de negociaciones–, responde a las demandas planteadas por los socialdemócratas europeos y sienta las bases de un sector con futuro productivo y que además aborde una transición ecológica socialmente justa a la que estamos emplazados. Veamos.

Por primera vez desde la puesta en planta de la PAC en 1962, la nueva normativa incluye una dimensión social que vincula la recepción de financiación con el respeto a los derechos de los trabajadores y trabajadoras del sector, una reforma pensada para ordenar las relaciones laborales en las grandes compañías del sector, pero también para mejorar así la competitividad de nuestras explotaciones asturianas. En otras palabras, si una empresa agrícola o ganadera viola los derechos laborales de sus empleados, dejará de recibir apoyo económico de la PAC. La introducción de esta condicionalidad social es un gran paso adelante en el que la socialdemocracia europea ha sido clave durante las negociaciones.

Por otra parte, las mujeres juegan un papel esencial en el medio rural, y el campo asturiano es buena prueba de ello. En ese sentido, otro de los grandes avances de esta nueva reforma es la introducción, por primera vez, de la igualdad de género como elemento horizontal en todos los programas de la Política Agrícola Común.

Del mismo modo, la agricultura solo tendrá futuro si se respalda a los jóvenes del sector. Es por ello que la nueva PAC incrementa el apoyo a los agricultores y ganaderos de hasta 40 años, que recibirán ayudas, por ejemplo, para la compra de tierras o la puesta en marcha de sus explotaciones. Apoyar a los jóvenes no es solo, que también, una cuestión de justicia social, sino que constituye una importante medida para luchar contra la despoblación y el envejecimiento poblacional de las zonas rurales. Buenas noticias también para nuestros pequeños agricultores y ganaderos: cada país de la UE deberá dedicar al menos un 10% de su dotación nacional a pagos redistributivos para pequeñas y medianas explotaciones, una medida de gran importancia para favorecer su competitividad.

Además, la nueva PAC aboga por una agricultura más respetuosa con el medio ambiente, en línea con los principios del Pacto Verde Europeo, una de las políticas centrales de la presente legislatura europea. En este sentido, se refuerzan los llamados “eco-esquemas”, incentivos para los agricultores y ganaderos que acometan medidas de carácter medioambiental y contra el cambio climático. Asimismo, se incrementa hasta el 35 por ciento el porcentaje de los fondos de Desarrollo Rural que deberán dedicarse a proyectos de alto valor ambiental y se refuerza la condicionalidad para acceder a los fondos de la PAC.

Tras la luz verde final del Parlamento Europeo -pese a la abstención del PP español– al texto acordado entre los equipos negociadores de la Eurocámara y el Consejo de la UE, es el turno de los Estados miembros de la Unión. Los países deberán presentar sus Planes Estratégicos Nacionales a la Comisión Europea antes del 1 de enero de 2022, para que la nueva PAC entre en vigor en enero de 2023.

En síntesis, la nueva PAC constituye un marco legal adecuado para la modernización de nuestros sectores agrícola y ganadero, cumpliendo con los compromisos climáticos adquiridos y promoviendo el empleo de calidad, la cohesión social y territorial y la igualdad entre hombres y mujeres. Adelante.

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