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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Ministros que van y vienen

Posiblemente sea Asturias la región que de un tiempo a esta parte registra mayor número de visitas de ministro por kilómetro cuadrado. No hay semana en que no llegue un señor o señora de cartera desde Moncloa como evangelista territorial para convencernos a los gentiles de las bondades de la buena nueva sanchista. Nos quieren conversos en la capital del Reino a los de Santiago y la España cerrada, además de vacía.

La que más viene es la de Industria, Maroto, que se llama Reyes y con la que está cayendo sobre la factura energética cualquier día nos devuelve al saco de carbón y al brasero de cisco. Los Magos de Oriente siempre fueron generosos con Asturias a la hora del obsequio carbonero.

Que los chicos y chicas de Sánchez se desplacen a esta región tiene sus ventajas. Pueden comprobar por sí mismos la veracidad de algunas viejas reclamaciones asturianas, como el desorbitado precio de los vuelos en avión, la dificultad de cerrar a la vez viajes de ida y vuelta por vía aérea o en un tren que atraviesa al trantrán una vía decimonónica que, más pronto que tarde, aunque con mucho retraso sobre el horario previsto, quedará como reseña en los manuales de arqueología industrial. O el pago de un peaje extemporáneo que castiga tanto a los foráneos que llegan como a los lugareños que se van, y que en ambos casos ahora son más tras la pandemia.

La pena que nos consume es que se quede en Madrid de guardia y no viaje a Asturias la ministra con más cuentas pendientes con esta región, Teresa Ribera, a la que aguardan ganaderos y pastores, empresarios electrointensivos y sindicalistas. Resulta razonable que la titular de Transición Ecológica huya de meterse en la boca del lobo y procure evitarse un calambrazo al atravesar el Huerna. Pero quienes tienen enchufe con ella deberían insistirle en que venga a dar la cara y a explicarse, que arrepentidos los quiere el Señor.

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