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Susana Solís

Futuro Europa

Susana Solís

Escuchar ahora o llegar demasiado tarde

El camino a seguir por la Unión Europea

Desde la política no se debe tratar a nada ni a nadie con paternalismo. Los que mejor conocen las necesidades de un territorio son las personas que viven en él, peleándose cada día con las dificultades de encontrar empleo, con los problemas que surgen porque el hospital más cercano está a una hora en coche o con el reto de tener hijos cuando el sueldo del mes apenas te da para pagar el piso.

Los representantes políticos estamos para escuchar y dar soluciones. No sirve de nada creer que con estadísticas e informes se pueden articular respuestas globales que vayan a la raíz de los problemas. Pensar esto es vivir alejado de la realidad. Por eso aprecio mucho las iniciativas como la Conferencia sobre el Futuro de Europa, la serie de encuentros que están abriendo el debate público en toda la Unión Europea sobre la posición en la que nos encontramos y, sobre todo, el lugar al que queremos ir.

Eso es lo que hicimos el pasado viernes en Oviedo, en un encuentro organizado por Compromiso Asturias XXI al que acudí junto al eurodiputado socialista Jonás Fernández. ¿El objetivo? Exponer las iniciativas y hablar de los fondos y las oportunidades que están saliendo estos últimos meses desde Bruselas y, como elemento fundamental, poner el oído en el territorio del que los dos venimos para escuchar a la sociedad civil, sus inquietudes y las legítimas dudas que surgen en torno a los planes que ya hay sobre la mesa.

Tomaron la palabra representantes empresariales, sindicales, jóvenes profesionales… Se habló, por supuesto, de industria, que deberá ser el principal foco de empleo cualificado y técnico de la región en este siglo, como ya lo fue en el pasado. La necesidad de renovación es evidente y nadie la cuestiona, pero sí se puso de manifiesto la preocupación por los plazos y las formas. Hoy en día es muy poco rentable producir de forma competitiva en la región, y el aumento de los costes no es sólo una gran losa para las grandes multinacionales, sino para todo el tejido industrial que forman las pequeñas y medianas empresas.

También nos dieron un tirón de orejas por algo de lo que somos conscientes, pero no por ello es menos preocupante. Acceder a fondos europeos, y más ahora, con la cantidad de convocatorias que se empiezan a solapar, sigue siendo misión imposible para muchos de los protagonistas de la economía regional. Pymes y autónomos tienden a desistir antes de seguir el tortuoso proceso que supone llegar a las ayudas. El viernes nos dieron ejemplos concretos de las pesadillas burocráticas y similares, ilustrando una realidad que es necesario cambiar cuanto antes.

Algunos de los invitados al encuentro también nos hablaron de algo que conozco bien y a lo que me refiero constantemente, la brecha de género que sigue existiendo en los empleos tecnológicos, y que hay que superar progresivamente a través de la educación. La enseñanza y los trabajos de ciencia y tecnología necesitan tener mucha más presencia de mujeres.

El empleo tecnológico, por cierto, debe también situarse, junto a la industria, como el motor de una economía rejuvenecida y con capacidad de adaptación. Ejemplos como el Parque Científico y Tecnológico de Gijón, que aumentará su extensión y capacidad en los próximos meses, son un feliz ejemplo de que sigue habiendo opciones de futuro en la región.

Gracias a todos por participar: desde el Clúster TIC y la Red Asturiana de Desarrollo Rural hasta FADE, UGT y representantes de empresas. La Asturias del futuro tiene que ser moldeada por todos los que la viven, la disfrutan y sufren sus problemas estructurales. Y lo mejor que podemos hacer desde el Parlamento europeo es escuchar, escuchar y escuchar. Escuchar ahora para no llegar demasiado tarde.

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