Cuando tras la caída del muro de Berlín (1989) se derrumbó la URSS (1991), esta sufrió una terrible crisis económica y el desmembramiento del Estado. Occidente aprovechó para avanzar posiciones hacia Europa Oriental, buscando incluir dentro de sus nuevas fronteras económicas y militares no solo a los países satélites de la URSS (“la Europa del Este”), sino a otros que, como Ucrania desde 1922, formaban parte de ella. Al hacerlo, de hecho estaba violando el reparto territorial acordado entre los vencedores en la II Guerra al finalizar esta, hace tres cuartos de siglo. Putin, en última instancia, es un patriota ruso que se niega a cancelar por completo los efectos de una guerra, para ellos la “gran guerra patria”, en la que la URSS puso más muertos que todos los otros países de Europa juntos (y como 70 veces más que USA). Conviene no olvidarlo para entender el actual conflicto.
