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Herminio Huerta

Para cambiar

Herminio Huerta

El Webb y la pobreza

La Humanidad conquista nuevos hitos tecnológicos pero es incapaz de extender el bienestar a todos

En un día histórico para la astronomía, el 25 de diciembre del 2021, se lanzó al espacio el telescopio James Webb (lleva el nombre del que fue administrador de la NASA entre 1961 a 1968), que sin duda es la maquina tecnológicamente mas avanzada construida por el ser humano en toda su historia. Después de veinticinco años y de 10 mil millones de dólares de coste, operará a una distancia de mil quinientos millones de kilómetros de la Tierra y su misión es detectar la primera luz que emitieron las galaxias nacidas durante el Big Bang hace 13.500 millones de años, por lo que se podría considerar una especie de máquina del tiempo.

También tiene el objetivo de explorar zonas inéditas y tomar imágenes del universo jamás contempladas buscando y analizando la atmósfera de miles de planetas que pudieran albergar vida y ser potencialmente habitables. Como decía, el prodigio tecnológico de este telescopio gigante es tal que, incluso para plegarlo con objeto de que cupiera en el cohete que lo impulsó, fueron necesarias 300 operaciones de una creatividad minuciosa por parte de los científicos que lo construyeron. Una vez en el espacio, mientras navega durante un mes de viaje, va desplegando de nuevo toda su envergadura, con el riesgo de que si llega a fallar en lo mas mínimo, no hay vuelta atrás y se pierde la misión. Los científicos de la NASA están convencidos de que el Webb será una herramienta que nos permitirá antes de cinco años descubrir vida en el espacio exterior.

No cabe duda que la inventiva tecnológica de los seres humanos es fecunda y admirable y, como ejemplo, lo hemos podido comprobar también recientemente con el logro, en un tiempo récord, de las vacunas anticovid. Sin embargo, desgraciadamente, también somos incapaces de erradicar la pobreza y la miseria que sigue afectando a la mitad de la población de nuestro planeta.

Según el último informe del Banco Mundial, todavía el 40% de la población, es decir, más de tres mil millones de seres, vive con menos de 2,5 dólares al día, de los cuales, mil millones viven con 1,50. Es más, el 81% de la humanidad tiene unos ingresos de menos de 300 dólares al mes. Asusta pensar que 900 millones pasan hambre en su mas cruel concepto (aunque los países desarrollados desperdician el 40% de los alimentos) y que 20.000 niños mueren al día a causa de la miseria. Tampoco hay que ignorar que mil cien millones de personas no tienen acceso al agua y 1.600 millones viven sin electricidad. Hay muchos mas datos que podría consignar del colosal desequilibrio e injusto reparto de los bienes en este mundo que habitamos; además estas cifras en vez de mejorar, han ido empeorando en el último año debido a la pandemia.

La conclusión es que la humanidad, en general, efectivamente va hacia delante conquistando nuevos hitos y superando retos tecnológicos con una capacidad de invención exuberante, pero somos incapaces de conseguir que el bienestar básico, entendido como la posibilidad de acceso a los bienes mas elementales y necesarios para la vida, llegue a todos, así que no es para sentirse muy orgullosos.

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