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Elena Fernández-Pello

La estrella que sobrevivió a Spector

ronnie conoció el éxito con “the ronnetes” de la mano del productor, que fue su pareja y su maltratador

Ronnie Spector

Ronnie Spector murió esta semana, tenía 78 años y en sus últimas voluntades incluyó una petición: que nadie enviara flores a su funeral y que las sustituyeran por donaciones al Colegio Indio Americano –tenía sangre cherokee– y a casas de acogida de mujeres víctimas de maltrato. Spector era, además de una leyenda de la música pop, una superviviente de la violencia de género.

“The Darling Sisters”, el grupo con el que Ronnie cantaba con su hermana Estella y su prima Nedra Talley en la casa de su abuela y en las galas para jóvenes promesas en el teatro Apollo de Nueva York. Hasta que en 1963 el productor Phil Spector entró en sus vidas y las lanzó al estrellato como “The Ronettes”. Para ellas compuso “Be My Babe”, su canción más popular. Spector había puesto sus ojos en Ronnie y quería ficharla en solitario, solo la testarudez de la señora Bennet, madre y tía de las chicas, consiguió mantener al grupo unido. Ronnie y Phil se casaron en 1968 y el matrimonio no resultó tan bien como la carrera de “The Ronettes”.

Ronnie Spector escribió abiertamente en su autobiografía de los abusos físicos y psicológicos a los que la sometió su marido, varios internamientos en clínicas mentales y de desintoxicación. De él dejó dicho que era “un productor brillante, pero un terrible esposo” y que, “lamentablemente, no era capaz de vivir y funcionar fuera de un estudio de grabación”. Ronnie reconoció que había tomado la decisión de salir huyendo y abandonar a Spector cuando tomó conciencia de que si permanecía más tiempo junto a él acabaría muerta.

“Las Ronettes” se separaron en 1967. Los grupos de chicas que tanto éxito habían tenido en la década de los sesenta comenzaron a declinar con la irrupción de melodías más transgresoras. Ronnie se codeó con los “Rolling Stones” y con los “Beatles”; con John Lennon tuvo un escarceo amoroso y una amistad que solo acabó con la muerte del músico.

Ronnie Spector

Ronnie Spector era hermosa y sofisticada, con un evidente atractivo sexual. Su imagen y la de sus compañeras en “The Ronnettes” hicieron época y aún son tendencia: sus minifaldas, su delineado de ojos, su pelo cardado y con una copa de vino en la mano más a menudo de lo recomendable.

Ronnie Spector se sobrepuso a aquella época de desmanes y excesos, siguió con su carrera en solitario y muchos años después formó una nueva familia. Atrás quedó aquella época bajo la influencia de Phil Spector, tan oscura en los personal y tan brillante en lo profesional.

Spector, el marido y el hombre que la llevó al estrellato, resultó ser un hombre genial en lo suyo, pero de una lamentable catadura moral. Es uno de los grandes productores de la música pop e ideó una técnica de orquestación revolucionaria, el muro de sonido, y murió en la cárcel, el año pasado, cumpliendo 19 años de condena por el asesinato de una actriz. Su historial previo de amenazas y agresiones era extenso.

El talento no disculpa la maldad, y el éxito y el reconocimiento pueden ser instrumentos de dominación. Polanski y Lars von Trier, Ted Hughes y Neruda, Kevin Spacey o Bill Cosby representan esa dolorosa dualidad que obliga a elegir entre la cancelación del personaje, tan en boga, y la aceptación ciega de su legado. Mejor ponerlo en contexto e interpretarlo a la luz de la biografía del autor.

Pese a todo lo pasado con él Ronnie Spector siempre mantuvo el apellido de su mentor en su nombre artístico.

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