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Mar Norlander

Crítica / Música

Mar Norlander

El estilo Quijano vuelve a triunfar

Una vez más los tres hermanos leoneses que comparten apellido con aquel que vivía en un lugar de La Mancha, logran rozar casi el lleno en el Teatro de la Laboral que abre su aforo al completo. A priori, los “Café Quijano” no presentan ninguna novedad en el repertorio, salvo un par de sencillos lanzados recientemente, y tampoco hay novedades o de otra índole. Por lo tanto, el llenazo de público se debe a los fans que han cosechado durante los más de veinte años que han pasado desde aquella “Lola” con aires de rock latino.

Ángel González

Tres potentes luces iluminaban a los tres miembros de Café Quijano que salieron al escenario arropados por cinco músicos (teclados, batería, percusión, guitarra y trompeta), permaneciendo durante todo el concierto en la sombra, sin un triste foco. Lo mismo hacía el mismísimo Michael Jackson en sus mejores tiempos, salvando las distancias.

Dividieron el concierto en dos partes, dedicando la primera a rescatar boleros de sus álbumes “Orígenes” y algunas bachatas descafeinadas como “Cuatro palabras, nada más” o “Robarle tiempo al tiempo”. El sonido estaba bastante conseguido y los arreglos sencillos y efectivos, destacando las intervenciones de la trompeta con sordina de Fernando Hurtado. Había empaste entre las tres voces armonizadas al estilo clásico de los hermanos Quijano, a pesar del excesivo volumen del micrófono de Manuel (voz principal), que le permitía bajar el tono en las presentaciones para dirigirse al público con discursos más que manidos y con tintes a lo Carlos Herrera en su programa “Radio Carlitos Deluxe”.

Los cinco músicos acompañantes, que continuaban en la más absoluta penumbra, quedaron solos tocando música de ambiente para dar por terminada la primera parte. “Tequila” inició la segunda tanda con un sonido más roquero, descompensado por el batiburrillo de guitarras eléctricas que había encima del escenario, que tampoco mejoró con “Solo te puedo decir”. Y seguidamente escuchamos “El Cobarde”, donde los Quijano se apuntan al carro reivindicativo contra la violencia machista y, aunque la canción no es buena en arreglos, la letra es bienvenida. El nuevo disco saldrá a la venta el 24 de febrero y otros estrenos que nos adelantaron fueron “Mi melancolía”, que sigue la línea del sonido característico Quijano y “Manhattan”, una historia de amores varios de Domingo Zapata que también sigue la misma línea.

Más interesante sonó el arreglo de “Dame de esa boca” para dar paso a la bailonga “La vida no es la, la, la” con la que enfilaron el final del concierto en el que no podía faltar “La Lola” y “Nada de na”. El público de procedencia castellana pedía “otra”, mientras que la otra mitad astur reclamaba “otres tres”. Y fueron tres los bises: el reciente single “La Jamaicana”, el éxito “Perdóname” que protagonizaron junto a Willy Bárcenas y para cerrar “La Taberna del Buda”, que sigue viva veinte años después. Y una vez más el público les rindió una gran ovación y salieron del teatro con caras felices.

Y es que la evolución de “Café Quijano” brilla por su ausencia. Pero tampoco les hace falta porque hace más de veinte años que encontraron su propia identidad, un “estilo Quijano” que les permite estar cómodos. El público afín les sigue fiel vayan donde vayan y, aunque probablemente no haya relevo generacional entre los fans, los que están les seguirán mientras ellos perduren.

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