La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

LNE FRANCISO GARCIA

Alabanza de la mejor izquierda

La mejor izquierda española nunca se rinde y jamás desfallece, ni en las peores. Ante la adversidad, se crece; después de cada tropiezo, se levanta. Si la dan por acabada, resurge; si parece derrumbarse, de inmediato enaltece. Nunca da su brazo a torcer, soporta con estoicismo todos los contratiempos para asestar en última instancia el golpe definitivo. Siempre muestra, incluso en la adversidad, un ánimo resuelto.

Hay una izquierda que encamina el éxito sobre los cimientos de la disciplina y el trabajo; que hace bandera de la perseverancia; que pone el basamento de su éxito en una ambición serena, nunca desmedida; que lejos de vanagloriarse del éxito, abraza los preceptos de la humildad. Y se muestra compasiva con quien recibe el castigo de la derrota.

Hay una izquierda de fortaleza épica, dueña de una fe inquebrantable, que está dispuesta a sacrificarse para mejorar sus resultados; que apela al coraje y reconoce el sufrimiento como un paso ineludible en el tránsito que conduce a la gloria.

Esa izquierda, la más brillante de este país, descansa en la empuñadura de Rafael Nadal, el mejor tenista de todos los tiempos, el deportista español más laureado, el estandarte de la marca España, un atleta que no deja de maravillarnos, que nos hace sentir orgullosos de compartir ciudadanía. Nadal, el gran Nadal, el inigualable, es ejemplo indiscutible de que la voluntad se educa y puede convertirse en virtud inquebrantable. Honor y gloria al español más aventajado y relevante, de quien tuvimos el honor de ser contemporáneos.

Compartir el artículo

stats