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Pere Casan

El lenguaje de la ciencia

Un cauce para entenderse a nivel mundial

Se denomina lenguaje a la capacidad característica del ser humano de expresar sus sentimientos o pensamientos por medio de la palabra. El concepto puede ampliarse al sistema de signos o señales para comunicarse, ya sea oralmente o por escrito. Existen dos tipos de lenguaje a los que me siento especialmente cercano, el primero es el de la ciencia y el segundo el de la música. Hablemos inicialmente del primero.

Conocí a los médicos e investigadores Uğur Şahin y Özlem Türeci en Oviedo, durante la reciente concesión de los premios Princesa de Asturias. La charla informal que nos ofrecieron en la Fábrica de Armas, con motivo de su estancia en la capital del Principado, fue antológica. La misma sinceridad, sencillez, profundidad de conocimientos, comunicación amable y mirada lejana que nos transmitieron, puede ampliarse con la lectura del libro “La vacuna”, recientemente editado por Deusto (Barcelona, Febrero 2022) y cuyo autor es Joe Miller, corresponsal del Financial Times en Fráncfort. El texto aporta una relación de decisiones, cada una de las cuales resultó más oportuna si cabe, para la buena finalización de la vacuna contra la Covid-19. Tres hechos destacan por encima de todos los demás. El primero es la visión tan extraordinaria que tuvieron, en este caso debida fundamentalmente a Uğur, quien ya en el mes de enero de 2020, tuvo la idea y la decisión de llevar a cabo esta proeza. La segunda es la rapidez de actuación, única en este tipo de acontecimientos, para lograr en tan poco tiempo sus objetivos. Y la tercera la relaciono con el lenguaje científico.

El matrimonio, como es bien conocido, es de origen turco. En el caso de ella, nacida ya en Alemania, pero de padres emigrantes. Él, nacido en Alejandreta, Turquía y de religión musulmana. Ambos son los fundadores de la empresa tecnológica BioNTech, principal artífice de la puesta en marcha de la vacuna. La asociación con la farmacéutica Pfizer fue clave para la fabricación y distribución mundial del producto final. El director ejecutivo de esta empresa es el veterinario grecoamericano, de ascendencia judía, Albert Bourla. Las negociaciones para alcanzar los objetivos previstos y el éxito de ambas empresas, la biotecnológica y la farmacéutica, se lograron tras el diálogo y también gracias a la sintonía personal entre Uğur y Albert. Un turco musulmán, dialogando abiertamente con un judío griego. No podemos más que alegrarnos de que por encima de todo, el lenguaje fuese científico. Quizás el hecho de ambos fuesen emigrantes, uno en Alemania y otro en EE UU, facilitó el acuerdo. Vivimos una época de extremismos y de enfrentamientos. Tenemos ejemplos diarios de incomprensiones étnicas, religiosas, políticas o de cualquier otro motivo. Descubrir que existen personas como Uğur, Özlem y Albert no puede más que llenarnos de satisfacción. Un claro ejemplo de que podemos y debemos hablar de todo y utilizar el lenguaje para lo que fue creado. Babel puede seguir existiendo pero el “esperanto” personal y científico es el mejor ejemplo de lo extraordinario que puede resultar el lenguaje bien utilizado.

Permítanme también mencionar un buen ejemplo de lenguaje musical, en este caso muy adecuado para fomentar la investigación científica. Siempre he pensado que la palabra “crear” debe usarse con mucha precaución. No obstante, el padre de la sinfonía, el austríaco Franz Joseph Haydn (1732-1809), no dudó en denominar “Die Schöpfung”, “La Creación”, a una de sus mejores composiciones. Les recomiendo especialmente la que dirige John Eliot Gardiner con su “Monteverdi Choir”, pero no dejen de apreciar la magia del dúo de Adán y Eva, interpretado por el bajo Adam Lan y la soprano Lisette Oropesa, dirigidos por John Nelson, en una grabación realizada en el Severance Hall de Cleveland, USA. Además de una belleza extraordinaria, que te lleva a repetir su audición una y otra vez, es de una inspiración enorme para fomentar el pensamiento científico. Escuchar “La Creación” debería ser una asignatura obligada para todos los investigadores, que tan cerca están muchas veces de la palabra “crear”.

Lenguaje científico y musical, además de nuestra lengua materna y de cuantas más podamos conocer para dialogar con el mundo y avanzar unidos. Lejos de las armas, de los enfrentamientos, de las envidias, de las injusticias. Y cerca de aquellos, cuyas decisiones deben guiarse siempre por el ejercicio de la búsqueda de lo mejor para la Humanidad. Conocer los detalles de cómo se alcanzó la vacuna BioNTech-Pfizer ayuda a seguir creyendo en el ser humano.

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