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Julio Vaquero Iglesias

Los partidos de la guerra

La respuesta española a la invasión rusa de Ucrania

La invasión rusa de Ucrania que está poniendo al mundo al borde de un tercer conflicto mundial está causando a la vez en la política española un duro enfrentamiento entre los partidos que mantienen posturas dispares sobre la actitud que debería seguir el Gobierno español ante este conflicto de posibles consecuencias devastadoras para los ucranianos e indirectamente para la población civil española por la espiral de inflación y la escasez de determinados productos básicos que está produciendo ya en nuestro país y que amenazan ser cada día más graves.

Las diferencias que se están produciendo en nuestro gobierno de coalición se refieren a las estrategias que se están adoptando respecto a las ayudas que deben prestarse a una nación constituida democráticamente y que ha sido invadida sin ninguna causa fundamentada por el autócrata ruso. Claro está, a no ser que se admita el peregrino casus belli sostenido por Putin de desnazificar a la nación ucraniana.

Por una parte, la postura del Gobierno español ha sido no sólo prestar toda la ayuda humanitaria posible a los ucranios que están saliendo o intentando salir de su país. Y hay que reconocer que la sociedad española está teniendo un ejemplar comportamiento con todos esos refugiados que huyen bajo el fuego del ejército ruso y nos demuestra como siempre que nuestro país es y ha sido habitualmente ejemplar en estas situaciones críticas.

Pero tras un corto período de reflexión, el gobierno de Sánchez, que como presidente, según el mandato constitucional, es el que tiene plenas competencias para decidir la política exterior, ha decidido ampliar esa ayuda enviando al ejército resistente ucranio también ayuda militar. Lo que ha suscitado una oposición a ese clase de ayuda por parte de un sector de la coalición que se identifica, sobre todo, con el sector de Podemos, mientras que la otra parte de la coalición gubernamental, la que milita en Izquierda Unida, está de acuerdo en su mayor parte con esa ayuda militar. Quizás esa diferente actitud pueda expresarse personalizando sus respectivos defensores: Montero y Velaya, por una parte contra la ayuda militar; y por la otra Garzón, validándola.

¿Cuáles son las razones de esa oposición por parte de Podemos a la ayuda militar a Ucrania? Su argumentación se basa en que sólo lo que ellos llaman una “diplomacia de precisión” debería ser el instrumento básico para conseguir de Putin un acuerdo de paz y que con él finalizasen las muertes y la invasión.

La verdad es que analizada la trayectoria política de Putin esa estrategia de diplomacia sin armas que proponen el sector de Podemos no sólo puede parecer a muchos ingenua, sino que los hechos bélicos que estamos viendo lo parecen corroborar a lo largo de todos los días que llevamos de guerra.

Corredores humanitarios que no se respetan, el ataque continúo a los civiles que supone ya una especie de intento de genocidio que debería tenerse en cuenta por los Tribunales Internaciones competentes para considerar al autócrata ruso como un presunto criminal de guerra, la amenaza nuclear que esgrime, las propuestas maximalistas que establece en las conversaciones diplomáticas, el control dentro de Rusia de los opositores a su política bélica, el amordazamiento de la prensa rusa…. son todos claros indicios de que la “ diplomacia de precisión” que propone no sin cierta ingenuidad Podemos caen dentro de una actitud que carece de fundamento y realismo.

Está claro que la guerra de Putin solo puede ser detenida con la resistencia militar de la nación o estado nacional ucraniano constituido por vía democrática y con pleno derecho a defenderse. Resistencia militar desde la cual pueda implementarse un acuerdo de paz justo. Siempre teniendo en cuenta que la ayuda militar al ejército ucranio debe de hacerse desde una actitud prudente que no suponga una escalada de intensidad tal que nos lleve a una guerra generalizada y nos ponga ante el peligro de la guerra nuclear.

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