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Luis M Alonso

Sol y sombra

Luis M. Alonso

Miedo y resentimiento

La OTAN, “de entrada no”, se percibe décadas más tarde de aquella obcecación atlantista de la izquierda como una sensibilidad encogida y un fracaso militar después de la humillante retirada de Afganistán. Ucrania, bombardeada por un invasor inclemente que pretende lavar su imagen genocida simulando que negocia, ha asumido que no podrá formar parte de ella en el futuro, mientras se dispone a librar la penúltima batalla por su supervivencia en Kiev. El mundo occidental también parece estar dispuesto a aceptar la tesis paneslavista de que Moscú no puede permitir armas atlánticas desde territorio ucraniano pero, en cambio, él sí debe resignarse a la amenaza de las cabezas nucleares de Putin apuntando a Europa. Todavía es peor, porque crecen las dudas razonables sobre si el psicópata del Kremlin es la clase de sujeto capaz de negar la versión manejada en la pasada Guerra Fría por Reagan y Gorbachov de que una guerra nuclear no se puede ganar y nunca se puede librar.

Las grandes catástrofes bélicas de la humanidad han venido precedidas por el miedo y el resentimiento. Y esas dos pulsiones, además de la megalomanía del autócrata, son las que empujan hacia este nuevo horror apocalíptico. El conglomerado variopinto de apoyos al zar de la guerra está inspirado también en el odio y en las cuentas pendientes con las democracias liberales de los insatisfechos radicales, que eligen cualquier oportunidad para darle una patada al caldero y promover en las redes sociales su versión ruidosa de los hechos frente a lo que consideran la verdad oficial. ¿Qué se puede hacer? Es la intransigencia. Putin cree sentirse legitimado en su afán nacionalista de la Gran Rusia secuestrando a su opinión pública y extendiendo la teoría grotesca de que se siente amenazado por el vecino agredido para así proceder a exterminarlo. Y alrededor de este personaje sangriento sobrevuelan los hiperventilados de la extrema izquierda, de la extrema derecha y los pelotones que forman parte, por resumirlo, de la Internacional del resentimiento populista.

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