La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Manuel Campa

Entre Putin y Fernán Coronas

El padre Galo, conciencia de la cultura asturiana occidental

A la izquierda, Vladímir Putin. A la derecha, Fernán Coronas.

Arde Roma, el Titanic europeo está sufriendo la colisión de un iceberg euroasiático y nosotros, los de letras, mientras tanto, discutiendo de caxigalines semántiques, lingüístiques. Pero más que a Nerón, que componía versos a la capital del Imperio en llamas, nos parecemos a la orquesta del Titanic, que sigue tocando mientras se organiza el salvamento de los náufragos europeos frente al iceberg Putin. Y, aún más, nos parecemos a un mítico acordeonista de Tineo y Allande, Germán, que, en una tornaboda, debajo de una panera, siguió tocando, sentado en el alféizar de una ventana, cuando el soyo cedió y cayeron a la cuadra los bailadores. El músico continuó su actuación, para que no cundiera el pánico, mientras los asistentes a la fiesta iban saliendo de la vieja corte manchados de cucho. Después de la pandemia, de la agresión y amenaza permanente de Putin y de la erupción del volcán de la isla de La Palma podríamos decir que “amanece, que no es poco”, como en la película de José Luis Cuerda. Pero, a pesar de todo, debemos seguir con la mayor atención actividades culturales que merecen un reconocimiento de todos. Como el Proyecto “Fernán Coronas”, de la Fundación Valdés Salas, con la Consejería de Cultura, la Universidad de Oviedo y del RIDEA. Joaquín Lorences, Antón García, Xulio Viejo y Ramón Rodríguez presentaron el proyecto, que, en síntesis, consiste en la ordenación y digitalización del legado del padre Galo. Del mayor interés resultaron las conferencias de Marta Pérez Toral, Adrián Martínez Expósito –que adelantó una parte de su tesis doctoral–, Ramón d’Andrés y Antón García. Hay que añadir la gratitud que se debe a los particulares que conservaron manuscritos de Fernán Coronas –padre Galo–, desde finales de la Guerra Civil, cuando muere el gran poeta de Cadavedo. Y, sobre todo, hay que destacar la labor de Antón García, quien, como una formiga, fue rescatando textos del P. Galo a lo largo de gran parte de su vida, a los que dedicó, además, textos clarificadores, participando en la edición de sus obras más importantes: las “Rimas y Refranero”, que edita, con Rico Avello, en 1984, rectificando la negativa del IDEA a su publicación en 1977, y “Poesía Asturiana y Traducciones”, en 1993.

El significado de Fernán Coronas para las generaciones mayores representa, con el filólogo Manuel Menéndez, la conciencia viva de la lengua y la cultura de bable occidental, asturiano occidental o leonés occidental, en una línea que, según Menéndez Pidal, corresponde al Occidente de Asturias, desde el río Navia hasta el bajo Nalón, y luego desde el concejo de Grado al de Teberga, ambos inclusive. En León, a Murias de Paredes (Laciana y Curueña), Ponferrada y Astorga (San Justo y San Román); en Zamora, Sanabria. En Portugal, los pueblos de Riodonor y Guadramil y el territorio de Miranda. Un territorio, que, en buena parte, coincide con el país mítico, Pesicia, del que habla en sus poemas Roberto González Quevedo. Para las generaciones más jóvenes, nacidas después de los años sesenta, el P. Galo es patrimonio del conjunto de Asturias y su obra se integra en la koiné o asturiano normativo único. Cabe recordar que, hasta la llegada de la televisión en los años sesenta, el bable de cada comarca era el habla dominante en cada aldea asturiana. En la parte alta de Cudillero hay dos tiendas, casi frente por frente; en una anuncian “hay fabas”, en la otra “hay fabes”. De inmediato, al descubrir los dos letreros, yo entré en el primer establecimiento a comprar un kilo de fabas, para significar mi apoyo a la faliel.la occidental. En cuanto se pasa el Nalón hacia el oeste, ya no hay fabes, ni Asturies, sino fabas y Asturias. Y esto ya desde el año 1200, según Menéndez Pidal. Posiblemente fuera oportuno respetar del asturiano occidental en la koiné o normalización del futuro dos rasgos: el femenino plural en as –como han hecho los catalanes en el lenguaje oral de su franja del este–, y la “ch” vaqueira, la palatal africada, el gran testimonio que ha quedado del sustrato lingüístico anterior al latín.

La extraña coincidencia de la recuperación de la obra del P. Galo, sumamente bondadoso y pacífico, con la presencia en la vida pública europea de la figura agresiva y expansionista de Putin se parece al contraste, en “Los hermanos Karamazov” de Dostoievski, entre el padre Zosima y el hermano pequeño Aliosha con los hermanos mayores Iván y Dimitri.

En 1983, el grupo musical “Polanski y el Ardor” grabaron una canción que resultó premonitoria: “¿Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS? ¡No sé!... Y no me mola el pacto de Varsovia... Y no me mola el tratado de la NATO.”

Compartir el artículo

stats