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José Luis Marrón Jaquete

Opciones para el sector ganadero y el medio rural

Retos y modelos a seguir para la organización y concentración de tierras, el aprovechamiento de parcelas baldías y un aumento de la rentabilidad de las explotaciones asturianas

Si la diversificación de actividades complementarias de las tradicionales ganaderas resulta muy problemática según lo que hemos mantenido hasta aquí y la multifuncionalidad, como provisión de bienes públicos “no comerciales” solo puede encontrar, quizás, un potencial acomodo en un escenario que mantenga un uso armonioso entre conservación y explotación racional en las “Areas Protegidas” de Cangas, Ibias y Degaña, el sector ganadero, dada la evolución de los precios finales de la carne y de los insumos externos prevalente, se verá exigido a aumentar la base tierra de las explotaciones y a profundizar el proceso de producción cárnica en su segmento final, a fin de incrementar el valor añadido incorporado al producto. También a explorar cauces de comercialización para su colocación en segmentos de mercado exigentes con la calidad y la identificación de su procedencia, y dispuestos a pagar una prima en el precio. Ambas exigencias son necesarias para conseguir incrementar la productividad y tratar de eludir la perversa evolución de los precios del producto final: dos factores que junto a la evolución del precio de los “insumos” externos podrían condenar a las explotaciones a su inviabilidad.

La posibilidad de incrementar la oferta de tierra agraria en un mercado estrecho y con escasas transacciones depende fundamentalmente de la acción pública. Posiblemente, a medida que se va produciendo el cierre y abandono de las explotaciones en los próximos años –una de cada cuatro, según la información que ofrece la encuesta que hemos realizado en el concejo cangués–, el mercado de tierras debería de modificar su movilidad paralelamente y de forma positiva, aunque es muy posible que puedan permanecer mucho tiempo sin uso agrario. En este caso, podría considerarse como una acción responsable la actuación sobre los terrenos baldíos.

Organizar el monte

La organización del monte es un problema recurrente y permanentemente preterido. En un sistema productivo en el que el terrazgo de la casería se reduce y el monte adquiere progresivamente el mayor protagonismo –que define la conocida expresión de “terrazgo reducido y monte extenso”– la existencia en Cangas del Narcea de 33.593 hectáreas de pasto arbustivo (PR) y 29.458 hectáreas de forestal (FO), que sumados alcanzan el 76% del territorio municipal, deben ser considerados como suelo con algún tipo de aprovechamiento, a pesar de que la pendiente y los componentes arbustivos pueden limitar sensiblemente la superficie de su pasto potencial. También deben constituir un ámbito de actuación preferente para el municipio cangués, que exige mayor atención y un análisis con mayor precisión que desvele su posible utilización pastable. Hay que reseñar, también, que los denominados “proindivisos” suponen en Cangas del Narcea 52.825 hectáreas (58% del total en Asturias). La gran complejidad que incorpora (problemas de registro, linderos, titularidades, etc), no puede justificar la inercia en la acción política para analizar el potencial transformador del monte.

Una preocupación que encaja en la panoplia de peticiones explícitas de los ganaderos recogidas en la encuesta de explotaciones agrarias que hemos realizado en Cangas del Narcea y que señalan la necesidad de favorecer los desbroces y los aparcelamientos del monte en la medida que permita su uso agrario, así como la creación de pastizales y su mejor uso forestal.

Otras peticiones añadidas, vehementemente expresadas, de los titulares de explotaciones ubicadas en el entorno o dentro del Parque Natural se refieren a la necesidad de obtener facilidades en relación con los accesos a ciertas zonas de pastos o para la realización de ciertas obras en instalaciones absolutamente necesarias para la actividad ganadera, reguladas por una normativa restrictiva que lo dificulta o impide.

Una interpretación sensata del reglamento de uso del parque natural que logre conciliar las necesidades de las explotaciones y el respeto medioambiental, y la presencia en los lugares de “desavenencia” del gestor público, analizando “caso por caso” y con capacidad para decidir, constituyen el enfoque adecuado para encontrar las soluciones en cada situación.

Por último, aparece como una demanda permanentemente formulada el tratamiento del eterno y parece que insoluble problema de la fauna salvaje y particularmente del lobo; una cuestión que adquiere mayor relevancia si cabe por el incremento de la actividad de carácter extensivo y la ampliación de los espacios abiertos.

La concentración parcelaria

Otro instrumento esencial, con luces y sombras en su actuación, lo constituye el Servicio de Concentración Parcelaria. Transferido a la competencia del Principado de Asturias hace 42 años, ha jugado un papel importante en la racionalización de muchos espacios productivos agrarios, incrementando el tamaño de la parcela media y mejorando las infraestructuras de acceso en muchas aldeas; en definitiva, una actuación que ha contribuido a mejorar el nivel de bienestar de muchos campesinos y a consolidar algunos núcleos rurales de interés (Mieldes, Trones, y otros de menor importancia). Y así ha sido percibido por la mayoría de la población rural que aún sigue demandando la puesta en marcha de más procesos de concentración.

Sin embargo, ha llegado el momento de cambiar la estrategia que ha presidido su acción hasta el momento actual. No se trata de ayudar a sobrevivir a muchas explotaciones, algunas marginales, otras muy alejadas de los umbrales exigibles de rentabilidad, sobre la base de una mejor ordenación del volumen de tierra existente sino de incrementar sensiblemente la base tierra y posteriormente proceder a su adecuada ordenación y distribución al fin de mejorar la productividad de las explotaciones y procurar que alcancen su umbral de rentabilidad productiva. Para ello es preciso que esta acción este coordinada con una política de transformación pastable de los territorios baldíos o desaprovechados, de la mano del Banco de Tierras que debería de tener una estimable dotación de recursos económicos en línea con lo que Alemania, Holanda o Dinamarca realizan en la actualidad.

Un Banco de Tierras se interpreta usualmente en los países citados anteriormente como una institución de carácter público con mandato delegado para comprar tierra en áreas rurales de propietarios privados que se mantiene temporalmente en sus manos y que se vende de nuevo, frecuentemente con vinculación a proyectos de concentración parcelaria y al objeto de contribuir a configurar estructuras de explotaciones viables.

En Baviera, los campesinos vecinos de una parcela en renta tienen un derecho de tanteo que les permite ser el primero en pujar. Otros derechos contemplados afectan a la utilización de la “tierra baldía”, el derecho a ser compensado por mejorar una explotación o el de pagar un precio razonable por la tenencia. Se han encontrado así caminos legales que permiten una utilización más eficiente de la tierra y asegurar la continuidad de su uso.

La concentración parcelaria realizada en los países citados anteriormente aparece vinculada a una estrategia de desarrollo rural como una pieza integrada en la misma y con una función renovada que justifica su presente actualidad. Podría considerarse un ejemplo a seguir, adaptada a las singularidades de nuestros territorios, para lo que sería necesario disponer de un presupuesto para varias anualidades que garantizase una acción permanente, y una adaptación normativa, que con respeto a los derechos de propiedad pudiera actuar en situaciones claras de abandono de tierras o su explotación ineficiente. En todo caso serán intervenciones mínimas dado que el potencial fondo de tierra se encuentra en una explotación diferente del monte, bien para su uso como pastizal, bien para la extracción de los enormes recursos forestales que alberga. Un conjunto de acciones conjuntas que nos permiten redefinir las líneas maestras de la concentración parcelaria realizada hasta ahora y vincularla al objetivo más general del desarrollo rural con un marco más amplio de acciones y competencias que supondría considerarla como una labor de “reestructuración parcelaria”.

Muy cercano a nosotros, el Gobierno gallego ha aprobado la “Nueva Ley para la mejora de las estructuras agrarias de Galicia” (Ley 4/2015), que refleja un enfoque multiproyecto más integrado para el desarrollo tanto de la tierra como del ámbito rural, y sobre cuyos resultados carezco hasta la fecha de información.

Tendencias de la orientación productiva

El incremento de la tierra se convierte en una condición necesaria para mejorar la rentabilidad de una parte importante de las explotaciones agrarias, pero no es una condición suficiente.

En el marco del sistema pernicioso de precios existente, la reorientación productiva se va a producir en dos direcciones fundamentales con alguna variante potencial y las explotaciones se adaptarán a una u otra en función de sus características productivas, sus especificas dotaciones y las decisiones de sus titulares. Sumariamente expuestas y expresando tendencias generales las clasificaríamos en tres grandes grupos:

Uno. Un grupo de explotaciones pertenecientes al segmento superior por tamaño (expresado en número de cabezas y hectáreas) que previsiblemente mantendría las grandes líneas del sistema productivo y de comercialización que practica actualmente y que tendría como opción prioritaria incrementar la compra o arrendamiento de tierra al fin de ganar tamaño, y continuar con la labor de mejora de las instalaciones y la calidad productiva de la carne; una acción meritoria desarrollado en los últimos años que se ha demostrado exitosa: conseguir el objetivo de mejorar la productividad y la calidad sin alterar de forma sensible los principios que inspiran la gestión tradicional de la explotación. Una estrategia que podríamos definir como “continuista”.

Dos. Otro grupo que trataría de incrementar el tamaño de algunos parámetros (fundamentalmente el de tierra) con el objeto de ampliar el grado de extensividad productiva.

Hablamos de un “grado de extensividad” razonable a partir de una adecuada clasificación zootécnica : raza “asturiana de los valles”, absolutamente mayoritaria en Cangas; un uso pastable con especial consideración a la superficie realmente pastada y a los periodos de pastoreo, sin cargas excesivas para la sostenibilidad del sistema en el monte, sin excluir un terreno delimitado (no necesariamente un espacio abierto) o la existencia de alguna instalación complementaria (tendejón o similar) para el manejo o alimentación del ganado; y por último, una alimentación suplementaria en cuadra en la fase más cercana al sacrificio para facilitar el engorde, declarando la naturaleza y cuantía de los insumos alimentarios. Una tipología de sistema extensivo que al albergar cierta permisividad podría ser caracterizado como de amplio gradiente.

La estrategia viene definida por una actuación centrada en sustituir la mayor parte posible de los insumos externos de carácter alimentario por la producción propia, a fin de conseguir, a través de una drástica caída de su participación en la dieta alimenticia del ganado, una sensible reducción de costes y la disminución de la vulnerabilidad inherente a la volatilidad de los precios de los insumos de fuera del sector.

Tres. Un tercer grupo dentro de la segunda dirección es de clasificación o tipología más compleja dado que puede albergar diferentes tipos de explotaciones tanto en su faceta propiamente productiva como en el marketing y la comercialización de su producción final.

Por una parte, entrarían las explotaciones de ganadería ecológica u orgánica, registradas y certificadas como tales bajo regulación (EC) 2092/91, sujetas a estrictas medidas de producción y comercialización controladas por inspección. Una regulación y exigencia productiva que supone un proceso complejo de adaptación para los campesinos que suele implicar una vocación disruptiva e innovadora en el marco rural y la obtención de un producto final diferenciado en calidad y precio, lo que supone que exija un consumidor de alto poder adquisitivo y normalmente alejado del mercado local.

Incluiría también las explotaciones nominadas por su “producción de calidad” en las que la especificación de origen y su modo de producción dan como resultado un premio en precio, sin las exigencias tan estrictas de la ganadería ecológica.

Otro campo de actividad lo constituyen las explotaciones con vocación de abastecer el mercado local que puedan optar por el procesado de alimentos en el seno de la propia explotación y la creación de enlaces cortos entre producción y consumo. En este caso la cadena de oferta agro – alimentaria se organiza de forma que el mayor valor añadido se quede en la explotación y en las áreas rurales. Una especie de marketing propio o directo que puede adoptar la forma de marketing individual o cooperativo.

Convienen recordar que los denominados “atributos extrínsecos” de la calidad dependen más de los referentes de cómo ha sido producido y comercializado el alimento que de sus propiedades físico-químicas. Así, también, los aspectos identitarios: designación de origen, procedencia de espacio protegido, etc, favorecen un mayor precio.

Como se observa en esta especie de “cajón de sastre” a partir del elemento unificador que supone el uso eficiente de las TICs (tecnologías de la información), la orientación productiva condiciona el marketing, la comercialización y sus ámbitos de mercado.

Además, esta diferenciación y encasillamiento en grupos no tienen que ser necesariamente estanca; pueden tener un carácter transitivo. En muchos casos, la capacidad de riesgo y de adaptación a circunstancias cambiantes de los titulares de las explotaciones puede permitir una modificación de sus estrategias y pasar a operar en sistemas productivos y comerciales diferentes.

Hasta aquí ha quedado claro que cualquier consideración sobre desarrollo rural descansa fundamentalmente en las decisiones de la familia campesina y, sin embargo, como en la mayoría de los estudios e informes, no ha aparecido aún en escena. Comparecerá en la entrega de mañana.

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