La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Luis M Alonso

Sol y sombra

Luis M. Alonso

Rubi y Geri

La tragedia atrae a la picaresca más nefanda como la política a los charlatanes. En este país, por tradición, de las ruinas económicas y sociales salimos fortalecidos en lo literario y hundidos en la razón ética. Incluso en la razón de ser. Últimos ejemplos: de la necesidad de la pandemia se destapan indecentes gatuperios y también en el fútbol, que se ha convertido en una mercancía exportable a los árabes por medio de comisionistas que son, al mismo tiempo, arte y parte.

Gerard Piqué es “Geri”, futbolista y mediador de torneos que dependen de la gestión pública. El hombre no ve conflicto de intereses en ser el dueño de una empresa intermediaria y a la vez defensa central de uno de los equipos que participan en la Supercopa de España que se juega en Arabia Saudí. Ni siquiera lo ve después de haber intervenido en la negociación de manera grotescamente familiar con “Rubi”, el presidente de la Federación Española de Fútbol, que organiza el torneo y a la que pertenece asimismo el órgano que designa a los árbitros de los partidos, entre ellos los que disputa el equipo de Piqué. Su doble juego no es aceptable ni siquiera admitiendo que el Barça sea “més que un club”. En cambio, a “Geri” no le parece que haya una colisión ética entre cobrar las comisiones y ser defensa central. Salta a la vista que sí la hay, pero él no la ve y además se ofende de que los demás detecten conductas reprobables.

A su vez, Luis Rubiales, el presidente de la Federación Española de Fútbol, se siente víctima de una mafia que supuestamente ha extraído información de su móvil para inculparlo. Sus pretendidos temores vienen a definir de un modo espantoso el mundo en que se codea. “No creo que me encuentren en una cuneta con un disparo en la nuca. Pero si me han hecho esto, ¿por qué no me pueden meter un saco de cocaína en el coche?”.

Compartir el artículo

stats