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En corto y por derecho

Arturo Román

Olvidos al descuido

El hospital del Oriente, con sede en Arriondas, que cuando llueve se moja más que los demás, podría decirse que de alguna manera fue el patio de mi casa de Antonio Trevín Lombán, ex de casi todo y ahora aspirante a ocupar de nuevo la alcaldía de Llanes como en sus orígenes. Era Trevín presidente del Principado cuando las obras del hospital se adjudicaron, para alborozo de la comarca entera. Él mismo colocó la primera piedra y nombró al primer patronato rector del centro hospitalario. O sea, que en cierta medida el sanatorio del concejo de Parres nació en el paritorio de Trevín, en feliz alumbramiento. Sin embargo, y según ha podido saber este humilde plumilla, el recién ganador de las primarias socialista en el feudo llanisco frente al candidato del aparato, no fue invitado ayer a los fastos conmemorativos, como recomendaba la cortesía y el buen gusto. ¿Se trató de un descuido inocente? ¿De un olvido? ¿Se traspapeló la invitación? ¿O quedó el expresidente autonómico en la lista de espera? Algún malpensado cavilará que se trata de una decisión premeditada de quienes no han encajado aún el sopapo trevinista a los dirigentes del partido, al hacerse con la dirección llanisca con la gorra. Los hay que ni comen ni dejan de comer, frase lapidaria que viene bien al cuento si se tiene en cuenta que el hospital de Arriondas lleva el nombre de Francisco Grande Covián, el asturiano que enseñó a España a comer bien y sano.

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