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Tino Pertierra

Solo será un minuto

Tino Pertierra

Manual del bicho raro

Hugo: “No cuentes conmigo para participar en aquelarres futboleros. No me verás salir a la calle a vociferar y exhibir una alegría feroz porque un grupo de millonarios se haya impuesto a otro en un terreno de juego donde lo que importa es ganar por encima de cualquier otra consideración. ¿Deportividad? ¿Nobleza? ¿Respeto al equipo contrario? No me hagas reír que me echo a llorar. Me pierdo muchas conversaciones porque no puedo discutir sobre la eterna rivalidad futbolística, ¿y sabes qué? Me da igual.

Tampoco esperes verme metido en esa marabunta de alegría prefabricada de despedidas de solteros y solteras en las que un grupo de personas recorren las calles gritando y chillando y vociferando, en muchos casos con los disfraces más ridículos que se puedan encontrar. La alegría que no respeta a los demás no es digna de respeto. Claro que soy un bicho raro según los baremos de sociabilidad más rudimentarios y exaltados. No me verás en bodas ni bautizos ni funerales. Tampoco en comidas de empresa. Me aburre la masificación de los conciertos en estadios con hipnosis colectiva, los macrobotellones narcotizantes, los llenos hasta la bandera en playas y grandes superficies de consumo indiscriminado, las fiestas donde te miran raro si no terminas presumiendo de borrachera.

¿Y qué me ofrezco a cambio? Placeres que para una mayoría quizá resulten aburridos y sin gracia. Diversiones que no necesitan resacas ni aglomeraciones en las que perder la identidad propia y pasar a formar parte de la masa. Por supuesto, cada uno se lo pasa bien como le apetezca mientras eso no signifique hacerlo pasar mal a otros. Con todo lo que he contado es inevitable que entre en la categoría de bichos raros y no te imaginas lo a gusto que estoy siéndolo”.

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