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Paz Orviz Ibáñez

Cogersa, en el tránsito hacia la economía circular

El galardón demuestra que convertir los residuos en recursos ya va más allá de ideologías ambientales

En el Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos en Asturias (Cogersa), celebrábamos el pasado domingo el Día Mundial del Medio Ambiente, en una jornada con las personas vecinas del Centro de Tratamiento de Residuos de Serín, exponiendo un deseo: convertir al Consorcio en la piedra angular de la nueva economía circular a la que aspira Asturias.

Cuando en la década de los 90 se acuñó el concepto “de la cuna a la cuna”, precursor de lo que ahora llamamos economía circular, Cogersa ya producía electricidad a partir del biogás generado en la descomposición de los residuos; y ya había implantado la recogida selectiva en la totalidad de los concejos asturianos. Así es que la economía circular está en el ADN de Cogersa y nos sentimos totalmente interpelados por el mandato –que emana hoy de los más altos niveles de acción política– de participar en la reconversión de nuestro modelo de producción y consumo. Por experiencia, ya que sabemos de prevención y de gestión eficiente de residuos –uno de los aspectos claves para avanzar en la circularidad de nuestras sociedades–; por compromiso social y por la vinculación con nuestra tierra.

Por todo lo expuesto, para Cogersa ha sido una enorme satisfacción la concesión del Premio “Princesa de Asturias” de Cooperación Internacional 2022 a la Fundación Ellen MacArthur, ya que este reconocimiento convierte a la economía circular, definitivamente, en un paradigma que va más allá de las ideologías ambientales; porque una economía donde los residuos sean recursos será también más sostenible, regenerativa, inclusiva y justa.

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