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Jugando en distinta división

Las agendas del Gobierno, la oposición política y la oposición mediática no siempre coinciden, y eso da lugar a desajustes de esfuerzo que al final benefician al que tiene las llaves de la casa-poder. Mientras la oposición mediática matritense (no así la política, más serena desde la llegada de Feijóo, que necesita tiempo) concentraba sus energías en hacer leña a toda prisa del árbol de Sánchez, que ya veía en el suelo tras el desastre de Andalucía, el interfecto preparaba con todo cuidado el torneo de la OTAN, decidido a ganarlo como fuera, sabiendo que el partido se jugaba en esa división. Ahora tiene tiempo para replantear toda una estrategia a medio plazo, mientras va liquidando, a través del juego en corto, las últimas reservas de combustible de una política de alianzas gracias a la que no solo ha venido manteniendo una velocidad de crucero, sino vaciando el depósito a sus socios.

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