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LNE FRANCISO GARCIA

La derecha y la Biblia

Es muy de derechas evocar pasajes de la Biblia en el discurso político, como hizo días atrás el diputado popular Javier Brea para recriminar a Barbón el apoyo del gobierno autonómico a la estrategia del lobo que apadrina el ministerio para la Transición Ecológica. A juicio de Brea, el presidente del Principado ha traicionado al campo asturiano “como hizo Judas con Jesucristo”. Lo ha vendido, según el popular, a cambio de 2,4 millones de euros, generosa bolsa de monedas de apóstol traicionero.

Que tradicionalmente la derecha se arrogue la exclusiva del uso metafórico del mensaje bíblico es cosa de la tradición judeo-cristiana, la que marca que los justos se sentarán a la derecha de Dios y los condenados a la izquierda. Un empresario amigo dice que cómo va a ser rojo si hasta el diccionario de sinónimos crucifica a esa tendencia ideológica: la derecha es la diestra y la izquierda, la siniestra. Pitágoras obligaba a sus discípulos a ingresar en el templo con el pie derecho. Y todos, cuando tenemos un mal día, decimos que nos hemos levantado con el pie izquierdo. Qué cosas…

Desde las Cruzadas para acá, demócratas cristianos, conservadores. Imperialistas, monárquicos, fascistas, reaccionarios y tradicionalistas han comulgado con Dante, que en “La Divina Comedia” situó a la derecha el paraíso y el infierno a la izquierda. Si bien a lo largo de los siglos muchos de ellos se han ganado a pulso una parrillada en las calderas de Pepe Botero.

Como conocedor de las Escrituras, Brea debería saber que, cuando Jesús resucitado se apareció a sus apóstoles, que habían salido a pescar al lago Tiberíades y no picaba ni una carpa, les recomendó que echaran la red por el lado derecho de la barca. Así hicieron y la izaron repleta de peces. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, si hasta en los rituales marxistas el puño que se alza es el de la mano derecha.

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