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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Duelo en el Senado

Cuando el estimado lector haya dejado de escrutar como una pitonisa los posos del café y se desayune con estas líneas, el presidente del Gobierno y el líder de la oposición aguardarán velando armas con sus guardias pretorianas el inicio del primer cara a cara entre ambos. El primer combate de lo que resta de legislatura se celebrará en la arena del Senado de la nación, esa Cámara tan denostada que sirve de bien poco pero al menos abre una puerta para que el nuevo capitán general del PP, que no dispone de acta de diputado, pueda colarse de rondón en territorio parlamentario para confrontar con el líder plenipotenciario del PSOE.

Feijóo llega al envite con la tranquilidad que conlleva el generoso auspicio de las encuestas, que le otorgan desde hace semanas generosas cabezas de ventaja sobre su rival y la inflación desbocada. No esperen por tanto del gallego un ataque a la desesperada, sino más bien hurgar en las heridas más visibles de su rival, casi todas ellas provocadas por la crisis económica. Mal haría, sin embargo, el cartabón de los populares en conformarse con contemplar desde la mesa camilla la descomposición del cadáver de Sánchez, el político más camaleónico en décadas, capaz de lo mismo y de lo contrario, de vestirse de verbena para acudir a un funeral.

Se entiende que el presidente del Gobierno intentará mostrar en su comparecencia de hoy el lustre de su reciente política de ahorro energético, de pasajeros al tren y que me pongan a Putin delante que me lo como, además de mostrar el músculo radiante que flamean los piropos de Von der Leyen y Scholz. De Sánchez puede esperarse cualquier inesperada ocurrencia: sacar un tigre de una chistera o una paloma blanca de una jaula de felinos.

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