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Pablo Álvarez Fernández

Más humo

Las propuestas para luchar contra el reto demográfico no convencen al Occidente

Después de analizar detalladamente el debate de orientación política que tuvo lugar la semana pasada en la Junta General del Principado de Asturias, desde SOS Occidente queremos dar a conocer nuestra opinión y la de muchos de nuestros conciudadanos acerca de las medidas anunciadas por el Sr Barbón y de las propuestas lanzadas por el resto de grupos parlamentarios.

Y sólo tenemos un adjetivo que describa el desprecio y el sinsentido al que una vez más someten al occidente Astur: "vergüenza". Eso es lo que deberían de sentir los que en Oviedo dicen representarnos. Hablan de fiscalidad, de reto demográfico, de inversiones millonarias, y una vez más bla, bla, bla...

¿Acaso alguien con dos dedos de frente tendría un hijo para cobrar 1.200 euros, en caso de ingresos altos, o 2.200 en caso de ingresos bajos? El que crea que sí, y nuestro presidente lo cree, o tiene un problema grave de percepción de la realidad o no tiene ni idea de lo que habla.

También proponen medidas fiscales para autónomos o pymes radicadas en municipios de menos de 10.000 habitantes, a todas luces insuficientes y lo que es aún peor difusas, sin concretar claramente, con lo que con toda probabilidad se quedarán en nada. ¿Hablamos de infraestructuras? Anuncian ustedes para el occidente una inversión plurianual de 80 millones de euros para el corredor del Narcea y para la carretera desde el puente del infierno hasta Grandas de Salime y nos preguntamos: ¿acaso el occidente se limita al suroccidente? ¿Qué pasa con el anuncio de ciento y pico millones de euros hecho por Fernando Lastra hace cuatro años para el corredor del Navia? ¿Qué pasa con el corredor del Esva con varios proyectos redactados y abandonado desde tiempos del señor Areces? ¿Qué pasa con los cientos de kilómetros de vías de titularidad autonómica que no van a recibir un miserable euro de inversión? ¿Qué pasa con los 280 millones de euros anunciados por el Sr Fernández en su última legislatura con destino a vertebrar el occidente? ¿Dónde está todo eso, señor Barbón?

¿Cómo demonios va a haber relevo generacional entre nuestros agricultores, ganaderos o pescadores marítimos si ustedes no son capaces de reclamar la aplicación de la ley de cadena alimentaria aprobada en el congreso de los diputados y que garantizaría un nivel de renta digno sin depender de que algún día algún iluminado en Bruselas meta la tijera a PAC y todo se vaya a la ruina? O al menos legislen para proteger nuestros productos de las importaciones fraudulentas y exíjanles el mismo nivel de calidad y de ausencia de residuos químicos al igual que hacen con los nuestros.

¿Por qué no crean ustedes una red de microrresidencias de ancianos en los innumerables pueblos de caída de nuestras comarcas, garantizando así la creación de empleo y la conservación de capital económico y cultural que estamos perdiendo con el éxodo de ancianos a residencias alejadas de su terruño?

¿Por qué no gestionan los abandonados montes del occidente pasto de manera cada vez más frecuente de las llamas y generan empleo, riqueza y energía con ellos? ¿Por qué no negocian con la Confederación Hidrográfica la limpieza y recuperación de nuestros abandonados ríos para generar turismo de pesca fluvial y contribuir a desestacionalizar el turismo de interior? ¿Por qué no reducen la burocracia que ustedes mismos crean y aplican una discriminación fiscal positiva que ayude a atraer a empresas y empleo a los municipios del occidente?

Lamentablemente estamos convencidos de que ustedes quieren abandonarnos a nuestra suerte y que el inexorable paso del tiempo nos haga desaparecer de una vez engullidos por la madre naturaleza con su creciente flora y fauna por estos mundos olvidados por ustedes.

Pero sepan ustedes una cosa, no van a conseguirlo, porque el arraigo a nuestra tierra, a nuestros ancestros, a nuestra cultura y tradiciones es aún más fuerte de lo que nosotros podríamos imaginar y la lucha que ustedes empezaron con su olvido voluntario la van a perder, no les quepa la menor duda. Se enfrentan ustedes al amor propio de nuestras gentes, hartas ya de tanto ninguneo y desidia.

Sólo una cosa más, señorías: dejen ya de escurrir el bulto y apliquen de una vez las soluciones que acabamos de recordarles, afronten los problemas con gallardía, valor y la inteligencia que se les presupone y no nos tomen por idiotas.

Como decía al principio, 1.200 euros para fijar población suena cuando menos a broma de mal gusto y huele un montón a humo.

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