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Fernando Granda

Trabajar menos horas para vivir mejor

Las propuestas laborales del alcalde de Valencia y el Ministerio de Industria

El alcalde de Valencia propone aprovechar cuatro lunes festivos de la próxima primavera para probar la semana laboral de 32 horas. La propuesta de Joan Ribó la intentaría celebrar entre las fiestas de Semana Santa y el Primero de Mayo, en abril de 2023. "Queremos ver qué le pasaría a la ciudad si se instaurara una jornada de 32 en cuatro días en la semana", ha dicho a los medios el edil, quien ya se comprometió a probarlo en el Congreso Internacional sobre la Semana Laboral de cuatro días que organizó el servicio de empleo de la Generalitad Valenciana el pasado mayo.

Trabajábamos seis días y era la jornada semanal habitual en España y la mayor parte de Europa en la segunda mitad del siglo XX. Negociaciones y convenios fueron reduciendo la semana laboral y el estándar generalizó en el mundo occidental las cuarenta horas en la mayoría de los trabajos. Había variedad de turnos, horarios y libranzas y se avanzaba en la reducción en favor de la ansiada conciliación familiar. De la labor en dos bloques horarios se fue, al menos en muchas profesiones y trabajos, a la jornada intensiva o continua. De la jornada por horario a la por producción, por resultados. Sigue habiendo jornadas laborales de diez o más horas, de dudosa legalidad, pero la tendencia va hacia bajar de las ocho y de los cinco días que se trabajan hoy en Europa en la mayoría de las profesiones.

Ya hace una década un hospital de Gotemburgo y el Ayuntamiento de Estocolmo hicieron pruebas para reducir la jornada laboral de sus empleados. Y es que Suecia es uno de los países que más innova en ese terreno. La empresa automovilística de mayor producción en Japón ya practica desde hace años la semana de cuatro días. En Francia hace lustros que la implantación de la jornada semanal de 35 horas ha originado una controversia nacional con idas y vueltas. En España el partido Más País, que lidera Íñigo Errejón, propuso hace meses la implantación de la semana de cuatro días laborales. Recientemente el empresario mexicano Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo según la revista "Forbes", propuso la semana laboral de tres días, con jornadas de 12 horas de trabajo, pero estableciendo la jubilación a los 75 años. Como vemos, son distintas ideas para trabajar para vivir y no vivir para trabajar.

La trayectoria de la semana laboral fue estudiada hace una docena de años por el Institut National de la Statistique et des Études Économiques (INSEE) francés. En el informe "Sesenta años de reducción del tiempo de trabajo en el mundo" señalaba ese organismo cuánto trabajaban los europeos, destacando entre los que más a los españoles y entre los que menos los neerlandeses. Nos acompañaban en el furgón de mayor tiempo laboral los coreanos junto a japoneses y estadounidenses. En los sesenta años que separan 1950 de 2010 los holandeses redujeron su jornada anual en 600 horas mientras los españoles lo hicimos 275. Y hace quince años, según el citado instituto francés, si los habitantes de los Países Bajos pasaban 1.413 horas en el trabajo, los españoles lo hacíamos 1.775. La media europea había descendido unas 360 horas en esos años entre mediado el siglo XX y la primera década del XXI.

Los argumentos para buscar la reducción del trabajo varían según los puntos de vista, aunque en todos se busca no bajar la productividad. En algunas pruebas se mostraron mayores costos, pero en la mayoría se destacó el menor absentismo, la mejora de la salud de los trabajadores, a la vez que disminuye la rotación. En las empresas suecas que emprendieron este camino se constató que refuerza la creatividad del empleado y puede aumentar la productividad en un nivel que compensa el precio de contratar a más personal. En el hospital de Gotemburgo se crearon 17 nuevos empleos de enfermería. Fuentes patronales suecas reticentes a la reducción temían que ésta les obligaría a elevar costes para nuevos contratos, pero en muchos casos no fue necesario "porque todo el mundo trabaja con mayor eficiencia".

Cuando el pasado junio el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo iniciaba el trámite para que 150 empresas prueben el sistema de los cuatro días sin rebaja salarial, que Más País exige para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, trabajadores de distintas empresas que ya practican esa reducida jornada mostraban su alegría por la iniciativa. Puede ser una medida que impulse otra reducción, la de la brecha salarial entre hombres y mujeres.

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