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Matías Vallés

Putin está muerto de miedo

La guerra contra Ucrania

¿Se cambiaría usted hoy por Vladimir Putin? Me están poniendo el artículo muy fácil. Pese a ello, me ha costado descifrar el último monólogo de diez minutos del presidente ruso, con el tono de un médico que le comunica una enfermedad mortal a la humanidad entera. Por fin he alcanzado una conclusión. El tirano no se consideraba exento, estaba muerto de miedo. Repasando las informaciones previas, se observa que los halcones del Kremlin le forzaron a movilizar a los rusos, tan cobardes como el resto de habitantes del planeta. El comandante en jefe obedece al zafarrancho impuesto con el corazón en un puño. Está solo, carece de interlocutores, no confía en nadie y casi nadie confía en él.

El dios de la guerra sigue "borracho de sangre", en los versos de William Blake que parecen apuntar a Ucrania. La desbandada que sigue a la movilización "parcial", y Putin remarca la parcialidad con la misma complicidad utilizada por María Jesús Montero para recordar que la sobrecarga impositiva a los ricos es "temporal", no afecta solo a los rusos anónimos. El primer Puigdemont es el propio inquilino del Kremlin, y la huida del tirano enmarca los preliminares de la persecución al tirano. Puede verse víctima del Maidan que quiso reprimir en Kiev.

Los sacrificados rusos saben sobrevivir sin comida, pero no sin Ikea ni Zara. La decadencia de Occidente no ha suprimido su poder de contagio, lo cual obliga a recordar que Putin es el malo, pero Biden no es el bueno. Los diez minutos del zar me preocuparon menos que la perorata de respuesta de Biden, ante la asamblea general de las Naciones Unidas. No le escuchaban atemorizados los delegados de Moscú, según correspondía, sino los propios americanos ante el vértigo de que su emperador perdiera el hilo de su enredado discurso. Al acabar su intervención londinense ante los periodistas en homenaje a Isabel II, el presidente estadounidense se dirige a su esposa para preguntarle "¿hacía dónde está la salida?" Alarmante, hasta que se recuerda que Putin tampoco encuentra una salida, y no tiene a quien consultar.

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