Cuatro de los cinco líderes mundiales más valorados son mujeres y el quinto, Zelenski. Según un informe elaborado por la consultora Thinking Heads a partir de 25.000 evaluaciones realizadas en distintos países, Pedro Sánchez ocupa el puesto 16º de un total de 35 gobernantes internacionales. Nuestro patrón se sitúa casi en el justo medio. O sea, que ni carne ni pescado, ni chicha ni limoná. Alejado, eso sí, del pelotón de los torpes pero no demasiado cerca del grupo de los empollones. Una mediocridad en una clase donde las orejas de burro las llevan Xi Jinping y Vladimir Putin, dos tipos que ningún paisano querría como yernos. Las inicialmente citadas, sin embargo, serían las nueras perfectas.
A los encuestados se les preguntó si el líder es fiable y cumple lo que promete; si se interesa por los problemas de las personas y gestiona correctamente los asuntos públicos. Bastante bien parado sale del sondeo el presidente del Gobierno de España a la vista del cuestionario. Ni es cumplidor ni de fiar y suele anteponer los intereses partidistas o los suyos propios a los generales.
Sorprende que a nivel planetario las políticas más queridas sean las primeras ministras de Finlandia, Nueva Zelanda, Dinamarca y Suecia y sin embargo en España ninguna de las mujeres que forman parte del Ejecutivo de Sánchez lleguen ni siquiera al aprobado, según la última oleada del CIS. La ministra que más se acerca al cinco raspado es la titular de Defensa, la señora Robles, Margarita la de La Vega, la que tiene a recaudo la llave de la fábrica de armas de Oviedo. Y que la entregará -o no- dependiendo de quién sea el próximo alcalde capitalino, Barbón dixit en un sorprendente doble tirabuzón.
Que los políticos españoles suspendan casi todos cuando son sometidos al escrutinio de los sondeos no debería sin embargo sorprender a nadie: el oficio de ministro o de parlamentario nacional o autonómico es el que cuenta con mayor número de repetidores.
