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Cristina Sánchez

Un compromiso común de las empresas asturianas

La construcción de un futuro sostenible

Aunque pueda parecer un argumento manido, en ciertas ocasiones vale la pena recordar la frase célebre de «la unión hace la fuerza». Cierto es que en este contexto convulso que nos está tocando vivir, si algo hemos demostrado como sociedad, es que cuando es necesario nos unimos para hacer frente a cualquier desafío que se nos pone por delante. Podemos estar orgullosos de ello. De esa conciencia de cooperación.

En este sentido, ese ánimo de caminar unidos y en la misma dirección es, sin duda, una herramienta esencial a la hora de construir un futuro sostenible. Una tarea ambiciosa, pero en la que, haciendo gala de ese talento colaborativo, las empresas asturianas, en concreto, han dejado patente su compromiso. Es decir, han querido ser parte activa y contribuir de manera notable en los diferentes ámbitos de la sostenibilidad.

Una clara muestra de ello es, sin duda, el esfuerzo y el compromiso del tejido empresarial asturiano por incorporar acciones relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el cual ha sido más que evidente durante este último año. Así lo demuestra los datos de la consulta empresarial sobre desarrollo sostenible que desde Pacto Mundial de la ONU España hemos realizado. En concreto, un 85% de las empresas en Asturias han trabajado aspectos de los ODS demostrando lo prioritario que está siendo la sostenibilidad para ellas.

La explicación de esta conciencia que se ha ido generando en las empresas y el necesario enfoque hacia la sostenibilidad solo es posible gracias a la formación y el acompañamiento. En este sentido, cerca del 20% de las empresas asturianas han impulsado planes de formación relacionados a los ODS a sus dirección y plantilla. Cierto es que el margen de mejora es importante en este aspecto, pero, no por ello debemos restar importancia a lo conseguido hasta el momento. Debemos verlo como una lección. Una asignatura pendiente que tenemos que abordar y ante la que tenemos que continuar poniendo el foco para poder avanzar.

En esta misma línea, y en beneficio de la región, el tejido empresarial asturiano no puede perder el impulso y abandonar el compromiso que ha ido desarrollando en los últimos años. Resulta primordial que tras el análisis del estudio surjan acciones que permitan consolidar los puntos fuertes y, al mismo tiempo, hagan posible revertir los puntos débiles. Por ejemplo, se evidencia una necesidad enorme por trabajar en la evaluación y medición de sus actividades. Según el estudio, solo el 54% de estas empresas evalúan su contribución a la sostenibilidad. Sin duda, una tarea en la que el sector privado asturiano debe poner también el foco, pues la evaluación permite identificar errores, resultados positivos y, sobre todo, abre la posibilidad de fijar objetivos más ambiciosos.

Con la estrategia empresarial sucede algo similar, la construcción de un plan para aportar valor y ligarlo con los ODS es una prioridad; no debemos pasar por alto que integrar la sostenibilidad en el seno de la empresa genera, además, oportunidades de negocio. Bajo esta lógica, es necesario que más empresas asturianas incorporen los ODS en sus estrategias y que el porcentaje de 24% arrojado por la encuesta crezca en los próximos años.

Uno de los datos más positivos es que más del 70% de las empresas asturianas considera la sostenibilidad como un factor diferencial en su competitividad. Sigue siendo un porcentaje algo inferior a la media nacional, pero sin duda será un gancho para que estas introduzcan en su gestión empresarial cada vez más indicadores y objetivos relacionados con los ODS. De esta manera, las empresas más comprometidas serán capaces de actuar como tractor y generar que otras se sumen al esfuerzo.

En conclusión, podemos hacer un balance positivo del trabajo que realizan las empresas asturianas en sostenibilidad. ¿Es necesario seguir avanzando? Sí, por supuesto. Pasar de los compromisos a la acción es un reto para el global de las empresas, pero los resultados serán favorables si se mantiene la sostenibilidad como un valor irrenunciable.

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