Competitividad

Euro digital

La desaparición del dinero físico

Urbano Rubio Arconada

Urbano Rubio Arconada

¿Cuál es el objetivo último del dinero electrónico en exclusiva? Si desaparece el dinero físico, todo se regirá por transacciones bancarias digitales rastreables y verificables, lo que permitirá una fácil trazabilidad de los movimientos de cada persona: dónde estás, qué consumes o la huella de carbono individual como tractor de control: un mecanismo tan eficaz para el vigilador como fatal para el vigilado que le despojará de privacidad. Con el dinero virtual y con la implementación del –cada vez más habitual– "acceso facial", ya no habrá escapatoria: control, luego inducción y luego imposición. Una vez que los grandes servidores de computación "bigdata" dispongan –a tiempo real– de todos nuestros datos financieros y biométricos, los algoritmos –diseñados deliberadamente– darán instrucciones a la ciudadanía –a conveniencia de los "amos"– sobre limitaciones de alimentos o de energía, confinamientos y pautas de observación y comportamiento, coartando lo más preciado: la libertad. La ciudadanía ya empieza a creerse que el dinero metálico se va acabando en un proceso diferido a través de infraestructuras digitales que llevan tiempo operando, tales como tarjetas de crédito o débito, con el sistema "PayPal", por el móvil adheridas a "Bizum", las pulseras de pago "Fitbit Pay", aplicaciones "WhatsApp Pay" o "MoneyBeam", operativas que son tan comunes que representan más del 70% del dinero que se maneja en el mundo. Y ahora, los estamentos europeos han anunciado la implementación definitiva del Euro Digital para sustituir el "metálico" por dinero virtual mediante chips y la nube financiera que podría estar en circulación en 2025. Para ello dan justificaciones, claro siempre por nuestro supuesto bien: desnudar el crimen organizado, acabar con las criptomonedas, aflorar las bolsas de dinero negro y finalizar con la economía sumergida, incluso, se utiliza la excusa de que los billetes conservan los virus. Si realmente Europa quiere acabar con el fraude fiscal ¿por qué no eliminan los paraísos fiscales que cosechan fortunas de dudosa trasparencia? Es claro que esto forma parte de un proceso de control sobre los ciudadanos, pero también dará más poder a los bancos. Imaginemos que los bancos centrales aplican un interés negativo a los ahorradores con la intención de empujarles a inversiones arriesgadas para poner dinero en el mercado en épocas de recesión. ¿Qué pasaría si, a día de hoy, los depositantes tienen que pagar, por ejemplo, un 3% de interés por la custodia del dinero? El grueso de la población se iría al banco a sacar el dinero y lo guardaría en su casa. Pero ¿y si ya no existiera el efectivo? Pues que no se podría sacar dinero del banco, con lo cual se aplicaría ese tipo de interés abusivo sin que el cliente pudiera reaccionar de ningún modo. Es por eso que eliminar el dinero en efectivo es una forma de cauterizar a los bancos, con el visto bueno de los bancos centrales y políticos, para expropiar el dinero de los ahorradores y la riqueza de las familias en forma de depósitos bancarios. Sería un modelo para vampirizar en favor de los deudores y a costa de los acreedores. Y claro, en el supuesto de quiebra de un banco, el dinero digital de los activos probablemente desaparecería, y ya no habría necesidad de corralitos, pues no habría dinero físico a rescatar. Pero, además, ¿qué ocurriría si se estropease un satélite o cayese la energía de una central eléctrica? ¿Qué pasaría con las bases de datos y las operaciones online? Todo quedaría paralizado. Estaríamos en manos del aparataje electrónico e informático. Por tanto, la expansión no controlada del euro digital es un riesgo para la estabilidad financiera y por el hecho de que otorga toda la información de nuestras vidas y habilita al establishment económico a desposeer de la riqueza. El coto al dinero en efectivo concede un dominio estricto sobre la ciudadanía y es una fórmula de pago de la espada de Damocles: la enorme deuda pública. Como ya se decía en época colonial: "El oro es el capital de los poderosos, la plata la moneda de los caballeros, el trueque el dinero de los campesinos, y la deuda, la moneda de los esclavos". Y entonces ¿qué nos queda a los sometidos?: resistencia: aferrarse al efectivo y no entregar nuestros datos de reconocimiento facial.

Suscríbete para seguir leyendo