La impune revuelta de Harry el sucio

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Muchos ya denominan así al Príncipe Harry, que está jugando realmente sucio con su real familia. No es que su rebeldía sea algo nuevo. La historia está llena de hijos de reyes que al sentirse marginados de la línea de sucesión directa por una u otra causa (bastardos, segundones, primogénitos postergados, etcétera) alzan bandera de rebelión para tratar de mejorar su condición, asumiendo grandes riesgos (la muerte, el encierro en un castillo, la ceguera). Lo que hace sucio el juego de Harry el sucio es que se esté montando una hacienda nada despreciable mediante la venta de secretos de familia sin correr por ello ningún peligro. Ahí hace crisis la ecuación riesgo-beneficio, una de las pocas reglas morales dignas de ese nombre del mundo capitalista. Si la misma piratería adquiría cierta respetabilidad popular era gracias al riesgo que corría el pirata de ser colgado de un mástil.

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