Un AVE sin alas

La larga espera de Asturias por la alta velocidad, entre el dinero necesario y las elecciones

José María Ruilópez

José María Ruilópez

Lo del AVE de Asturias a Madrid o viceversa ya es una broma pesada. Algunos creíamos que, según la estrategia electoral de los partidos, algo se inauguraría en mayo, que hay elecciones autonómicas. Pero ni con esas. El AVE sigue siendo un pájaro de mal agüero. Ahora hay obras colaterales que van a retrasar el resultado final del tren meses y meses, hablan hasta el año 2027. Pasarán legislaturas de unos y de los otros y nada de nada.

Un AVE sin alas

Un AVE sin alas / José María Ruilópez

La orografía asturiana tan verde, tan hermosa, tan atractiva para los castellanos, levantinos e, incluso, andaluces, no deja de ser una pesadilla para los naturales. Montañas por todas partes. Somos una línea ondulada con innumerables bifurcaciones, lo que obliga a la construcción de viaductos y túneles de un costo altísimo. La famosa variante de Pajares va a pasar a la historia como la construcción de las pirámides de Egipto. Los asturianos que vivan dentro de cien o doscientos años dirán apesadumbrados: pobre gente aquella, mi bisabuelo lo vivió en carne propia; pues el mío, que era ingeniero de caminos, se desesperaba con los políticos de turno, que unas veces había dinero y otras elecciones, y así iba alternándose lo monetario con lo ideológico.

Y pasan los años y los viajeros en algunas ocasiones tienen que hacer el último tramo del trayecto en autobús desde la capital del reino a la región, algo que agradecen, porque saben que la autopista del Huerna, a pesar de sus deficiencias, nada que ver con la "Y" ni en trazado ni en pavimento, todavía saca de apuros a los ciudadanos que se ven atrapados en un tren sin corriente eléctrica, o sin calefacción en plena nevada, o sin un mal bocadillo que llevarse al estómago en momentos de sobresalto.

Hace años ya, en 1992, cuando Felipe González impulsó el AVE de Madrid a Sevilla para poder ir a su casa los fines de semana rápido y cómodo, apareció una fiebre de aves de rapiña que se extendió por todo el país, y la competencia entre comunidades era tremenda, entre chantajes políticos, defensa del territorio por origen histórico: me refiero al País Vasco o Cataluña, y aquí, en Asturias, que según la historia más o menos cierta, somos el origen de las españas, desde Pelayo hacia acá no hay manera de cruzar la Cantábrica de mod o seguro y rápido.

Esa fiebre de la velocidad también trajo controversia, todos los pueblos querían que esa ave –que en realidad es un pato por ese morro alargado– parara en su pueblo, porque los alcaldes pensaban que si lo conseguían serían reelegidos una y otra vez. Sin comprender entonces que un tren de alta velocidad no puede parar cada 20 kilómetros. Necesita un tiempo para alcanzar los 300 km. por hora y otro tanto para detenerse. Demasiada pérdida de tiempo.

Así y todo, con el tiempo, la empresa estatal llevó el AVE a Arabia Saudí para que los peregrinos (solventes) pudieran ir una vez en la vida de Medina a La Meca en un medio raudo y religioso para recorrer los 450 km. en dos horas y media. Una obra faraónica que acabó en 2018 entre polvo, sudor y túnicas. Además de la intervención del entonces rey Juan Carlos I del que dicen recibió una buena comisión por la gestión que hizo para conseguir esa ingente obra, tras de la cual andaban los franceses también. El emérito, como le llaman ahora, siempre tuvo buena relación con los turbantes, de hecho, ahora se quedó a vivir por allá, en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, que limitan con Omán en la Península Arábiga.

Entre tanto, en nuestra región seguimos esperando. Pues antes de que la alta velocidad asomara el pico en la oscuridad de los túneles de Pajares, Renfe ya había retirado el expreso nocturno Asturias Madrid. Una deliciosa noche en la privacidad del coche cama o en la popular litera para llegar a la capital sobre las nueve de la mañana tan fresco para trabajar o tomar un vuelo internacional. Hace unos meses eran los chorros que salían de las paredes de los túneles de Pajares porque se filtraban los acuíferos de la montaña, ya que algunos ingenieros de caminos son muy listos, no saben que al agua no se la puede encerrar, hay que darle un desahogo, el que sea. Después siguió el parchís. Me explico. Las cuatro esquinas: ancho de vía nacional, ancho internacional, solo para pasajeros, o solo para mercancías. Confieso que no sé a quien le toca tirar el dado en este momento. Pero sí sé que hace falta que alguien le cante las cuarenta a quien corresponda para que Asturias tenga una comunicación ferroviaria digna.

No tenemos un emérito con enchufe, pero tenemos a su hijo como rey Felipe VI con personalidad y prestigio suficientes para coger el cubilete, meter el dado y sacar un seis doble. Y por si fuera poco, una reina asturiana. No tienen poder ejecutivo, de acuerdo. Pero de algo nos tendrá que servir, no todo tienen que ser juegos florales. Se anuncian nevadas en las próximas fechas. Como se decía en la pandemia: ¡Quédate en casa! Ya me entienden.

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