Sol y sombra

Rehenes

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

Vox es un partido inequívocamente dañino para la democracia. Sus argumentos dogmáticos se vuelven en muchos casos contra el espíritu de cualquier sociedad moderna del siglo XXI. Este último que consiste en obligar a los médicos a proponer a las mujeres que quieran una ecografía 4D del feto para que puedan escuchar los latidos, supone un chantaje emocional para un ser humano en una circunstancia así, empujándole a revolverse contra su propia conciencia cuando se encuentra dentro de los plazos legales para abortar. Solamente el hecho de poner en vilo a las personas con planteamientos de este tipo que, aunque no se vayan a aprobar, nos retrotraen a un tiempo alejado de las conquistas sociales que propicia la libertad, es un aviso para cualquiera que pretenda establecer acuerdos con quien los defiende o trata de imponer. El Partido Popular está advertido de con quienes se la juega y sobre quienes están dispuestos a comportarse con la deslealtad demostrada en Castilla y León, como es el caso de los populistas radicales de derecha, sus socios de gobierno.

Vox, a su vez, para no seguir socavando cualquier posibilidad de entenderse en un futuro con los populares tendría que comportarse con arreglo a ciertas normas democráticas y renunciando a su propia esencialidad. Pero, claro, entonces no sería Vox, sería el Partido Popular y para ese viaje no hubieran hecho falta tantas alforjas. Esa es la gran baza que maneja Pedro Sánchez, para quien el partido de Abascal se ha convertido en un aliado involuntario imprescindible, no solamente por la división surgida en la derecha sino por ese aullido liberticida que la Moncloa sabe modular como le conviene y cuando le conviene. Olvidándose, eso sí, de que el PSOE es socio de gobierno de los populistas radicales de izquierdas, condona la deuda penal y establece acuerdos con los separatistas catalanes, y mantiene como aliados a los proetarras de Bildu. Los resultados de convertirse en rehenes del radicalismo político desgraciadamente ya los conocemos.

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