Solo sí es sí, o no

Francisco García

Francisco García

El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Y por lógica de igualdad, la mujer también es tropezona. En este sentido, campeona en la persistencia del error cabe considerar a la ministra Irene Montero, incapaz de reconocer la cagada técnica de la ley del “solo sí es sí”, la norma bien intencionada que le ha salido con el tiro por la culata. El empecinamiento político de la titular de la cartera igualitaria es tan monumental como su desconocimiento del Derecho. Tal ignorancia jurídica es del tamaño de la Enciclopedia Británica.

El caso es que por culpa de una ley poco reflexionada en algunos de sus contenidos se registra una rebaja de penas en cascada a agresores sexuales, con más de 250 casos ya documentados. Para la ministra, la culpa no es de la norma, sino de la derecha politica, mediática y judicial, en alianza fantasmagórica. El ideario de Montero se basa en un único precepto: o conmigo, o contra mí. O comulgas con las ruedas de molino ideológicas de esta mujer o eres un fascista, de corbata, bolígrafo o toga.

Como es lógico y de cajón, la otra parte del Gobierno trabaja en una modificación de la polémica ley, contra el criterio de Montero y su enroque de Santa Rita. Se busca recuperar las penas anteriores para varios supuestos, con el fin de que los agresores sexuales no se beneficien de la incompetencia de la ministra y sus asesores de la señorita Pepis.

Se barrunta pedrea de granizo sobre el techo de cristal de la coalición gubernamental, que además de tener pendiente la resolución del sudoku legal de la ley de marras tiene que sortear las opiniones divergentes sobre la reunión de alto nivel en Marruecos de los próximos días o la decisión del envío de carros Leopard a Ucrania. Sánchez debería saber que el que con niños se acuesta…

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