El maestro

Juan Vázquez

Juan Vázquez

La de Juan Velarde no es una figura que pueda dibujarse con unas pocas pinceladas, porque su perfil se caracteriza justamente por estar compuesto de muchos perfiles y su trayectoria se ha adentrado en muy variados territorios, pero particularmente en dos, en el de la economía y el de la vida universitaria.

En el territorio de la economía y de los economistas, es obvio que Juan Velarde no ha sido uno más sino uno de los mejores. Uno de los economistas de la primera Facultad, de la primera promoción española, de la excepcional cosecha de la generación de los cincuenta, con nombres que como el suyo o los de Enrique Fuentes Quintana y Luis Ángel Rojo, marcarían la historia, la impronta y el sello de la economía española de la segunda mitad del siglo XX, influyendo decisivamente tanto en la consolidación de los estudios de economía y de la figura de los economistas, como en el rumbo de la política económica española durante más de cinco décadas.

La obra económica de Juan Velarde es tan amplia que sus aportaciones se cuentan (si es que alguien se decide a contarlas) por miles e igual surcan por las aguas del pensamiento económico que por las de la evolución de la economía española, de sus sectores de actividad o de sus aspectos institucionales, o por cuestiones de la economía mundial, con particular atención y pasión por la economía de los países iberoamericanos. Ello le ha valido todas las distinciones posibles y premios innumerables, entre los que destaco el "Príncipe de Asturias" en una de sus primeras ediciones.

El legado de este hombre, testigo y protagonista de cerca de un siglo de economía española, se extiende, además, a una asombrosa pluralidad de conocimientos enciclopédicos, que abarcan, con profundidad y detalle, a la filosofía y a la historia, a la literatura y la geografía, a la política y a la sociología.

El otro territorio fundamental del Juan Velarde ha sido el de la universidad y el de su labor como profesor, como docente, investigador y maestro universitario. Lo que más ha caracterizado a Juan Velarde como docente ha sido el vigor y la pasión que ha transmitido en las aulas y en los más diversos foros, a través de sus innumerables charlas y conferencias, mantenidas casi hasta el último día. Como investigador y estudioso de la economía, le ha definido su rigor y penetrantes análisis, el recurso a sus vastos conocimientos pluridisciplinares, la valentía para adentrarse en los más variados temas y un estilo personal y propio, siempre pendiente del dato nuevo, del marco general y a la vez del detalle, del núcleo central y de ricos desarrollos colaterales.

En fin, un profesor universitario que no se ha limitado a generar y transmitir conocimiento, sino inquietud intelectual, que no se ha encerrado en una torre de marfil sino que ha bajado a pie de calle de los más candentes problemas económicos y que le ha convertido en un referente, alcanzando ese grado, reservado a tan pocos, de verdadero maestro de una amplia y fecunda escuela de profesores y economistas, entre los que tengo el orgullo de contarme. Hay un aspecto más que no puede dejar de ser reconocido: la contribución de un conservador como Juan Velarde a hacer de su cátedra en la Universidad Complutense, un espacio de tolerancia, de convivencia ideológica, de ebullición académica, de creatividad intelectual, en tiempos bien difíciles en que este tipo de comportamientos resultaban infrecuentes además de arriesgados.

Queda, desde luego, otro territorio que es el afectivo y que se llama Asturias, que no ha sido para Juan Velarde solo un punto de origen sino de destino, no un lugar de paso sino de arraigo, no un amor en la distancia sino en las entrañas, que no ha contemplado en la distancia sino implicándose. Ya se sabe que Asturias está compuesta de rincones y hay algunos que han sido especiales para Velarde. El de Salas natal ha sido, desde luego, uno de ellos. Pero el más singular de todos ha sido, sin duda, La Granda, esa iniciativa extraordinaria que logró cuajar gracias al esfuerzo, el empeño, el tesón, la ilusión del tándem único formado por Velarde y Teo López Cuesta.

Voz y pluma, ha definido a Juan Velarde uno de sus principales discípulos, el profesor José Luis García Delgado, para resumir en solo dos palabras su arrolladora personalidad, su amplísima labor, su dilatada y rica trayectoria. Hoy hemos tenido la triste noticia de que se ha apagado esa voz, que seguirá resonando en su legado. Hoy se nos ha ido un erudito de memoria portentosa, de curiosidad intelectual sin límites; un conversador ameno, un hombre incansable, que ha resistido hasta el final con las botas puestas pues me consta que esta misma semana estaba pronunciando una conferencia. Hoy hemos perdido a un verdadero, un gran maestro universitario y al último enciclopedista que creo que nos quedaba en el mundo de la economía.

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