El turismo de Asturias, más allá del 2030

La realidad de un sector determinante para construir una región verde, diversificada y sostenible

José Almeida

He tenido la suerte de participar presencialmente en el desayuno que protagonizó el presidente del Principado, Adrián Barbón, esta semana en Madrid. Varias son las reflexiones y sentimientos que me vinieron a la cabeza durante el evento.

El primero, orgullo de Asturias y de ser asturiano. Todo lo que allí se comentó de nuestra tierra y de su gente me hizo sentir, como tantas otras veces, muy orgulloso de lo que soy y de mi tierra.

El segundo, inquietud por lo que viene. Se habló de un plan a largo plazo, algo que los empresarios siempre solicitamos, tener la mirada puesta en un periodo superior a 4 años. Gestionar la policrisis del presente, lo urgente; pero también las circunstancias del futuro más inmediato y el más lejano, lo importante. En este punto, y en relación con los grandes ejes presentados, sí me gustaría hacer una reflexión en torno al posicionamiento del turismo en las políticas públicas que rodean el plan.

Cabe recordar las cifras de lo que representa el turismo en Asturias. Aportamos el 11% del PIB y el 12,5% del empleo y, además, en constante subida. Somos una economía totalmente transversal que incide en otros muchos sectores y que no se deslocaliza y lleva actividad económica a zonas en riesgo de pérdida de habitantes, fijando población.

Por eso, todos los ejes planteados en el desayuno: la consolidación de la economía verde y sostenible, la Asturias hiperconectada, el refuerzo a la economía del bienestar, la recuperación demográfica, la Asturias de la juventud, el orgullo de nuestra historia y nuestra cultura y, el punto fuerte, la referencia como destino en ciencia, innovación e investigación no será posible sin el sector turístico.

Y, no me estoy refiriendo a mejorar en cantidad. A lograr que aumente el número de viajeros, y un mejor reparto de flujos, que también es importante. Me refiero a que la industria exportadora por excelencia, la que equilibra año tras año la balanza de pagos, también en el 2022, es el turismo. Por eso, si queremos mejorar el desarrollo económico para generar más bienestar, no lo podremos hacer sin situar al turismo en el centro de la ecuación.

Porque turismo no sólo es transporte, hoteles, restaurantes y paisaje. Esa es la concepción tradicional de la cadena de valor del turismo que, por supuesto comparto, sino que ahora se debe ampliar incluyendo las correspondientes a la agricultura, a la tecnología, a la cultura, a la gastronomía, al deporte, a la ciencia, a la inteligencia artificial, a la industria… La pandemia nos enseñó todo eso, además de mostrarnos lo vulnerables que somos.

Por eso, la movilidad, el sistema fiscal, la transición económica a la nueva industria, recuperar el peso que la industria ha ido perdiendo en el PIB de Asturias, la economía circular, la soberanía alimentaria, la preservación del medio natural… todo tiene que tener una mirada hacia el sector turístico.

Hoy, turismo lo conforman quienes viajan y visitan los destinos, pero turismo también aquellos que por haber viajado compran los productos marca Asturias desde sus hogares, y turismo son los nómadas digitales que después de un periodo de vacaciones establecen su residencia en un territorio para teletrabajar. Y turismo son esos deportistas que se mueven motivados por el viento para practicar su deporte favorito o que recorren las rutas de senderismo de nuestra comunidad. Turismo también son los ecólogos, los biólogos, los geólogos, los paleontólogos y todos esos científicos que se desplazan a nuestro territorio para estudiar su diversidad. Y, así, podría seguir enunciando vertientes de nuestro sector.

Me permito, por tanto, sugerir, y esta sería la petición en formato reflexivo, que hagamos evolucionar el plan que nos mostró el Presidente, y lo mejoremos, para desde el punto de vista de la generación de valor social resolvamos, también, los problemas que arrastramos en el sector.

Cuando hablamos del reto demográfico debemos centrarnos en captar y retener talento y promover la formación. El sector empresarial, no solo el turístico, está demandando actitud y aptitud.

La llegada del AVE tendrá una clara repercusión en todos los ámbitos económicos del Principado, pero especialmente en el turismo. Todas estas reflexiones alcanzan relevancia especial y mayor urgencia por el cambio de mentalidad que supondrá contar con esta infraestructura que más allá de la reducción del tiempo de viaje estoy convencido que servirá para eliminar la frontera mental instalada en España de la inaccesibilidad de Asturias.

En estos momentos solo el 1,8% de los turistas llegan a Asturias por ferrocarril. Con la llegada de la Alta Velocidad vamos a pasar de 241.700 viajeros a más de 600.000.

Propongamos actuaciones para cautivar a los nómadas digitales para que vivan en una tierra envidiable donde podrán estar conectados con Madrid, que estará a menos de tres horas de dos estaciones de esquí, a menos de tres horas del Prerrománico, a menos de tres horas de siete Reservas de la Biosfera, a menos de tres horas del mar, a menos de tres horas de la mejor gastronomía.

Propongamos medidas específicas para mejorar la productividad. Hablemos de turismo regenerativo cuando proponemos avanzar en la economía verde, diversa y sostenible. Hablemos de accesibilidad cuando explicamos los grandes retos en materia de movilidad, de las infraestructuras sostenibles. La extensión de la banda ancha y las conexiones a Internet a velocidades competitivas.

Hagamos un pacto por la agricultura sostenible, por proteger nuestra cultura porque la gastronomía local es cultura.

Desarrollemos una hoja de ruta para preservar el patrimonio histórico. Cultura, turismo y deporte son el trinomio de éxito de ese futuro que queremos planificar.

Desarrollemos un pacto por el abastecimiento de agua resolviendo los problemas estructurales de las redes actuales y con protección de nuestro patrimonio hidrográfico.

Impulsemos el crecimiento del tamaño de las empresas con políticas reales que protejan las cuentas de resultados. Ingresos menos costes no puede, ni debe ser negativo. De eso sabemos mucho en nuestra tierra.

Gracias Presidente por pensar a largo plazo, pero no olvidemos al turismo como el engranaje de las políticas públicas que todo plan económico de nuestro territorio debe tener.

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