Desde que el Adif (Administrador De Ideas Fatas) decidió subcontratar sus obras en Asturias a la UTE (Un Tebeo Entretenido) que conforman Pepe Gotera y Otilio Sociedad Muy Limitada y la Manolo y Benito Corporeision, los túneles se miden con cartabón, los trenes menguan o ensanchan como si fueran de plastilina, las traviesas de la vía se vuelven revoltosas y el AVE tiene menos recorrido que una procesión de Semana Santa en Qatar.
Solo así se explica la genialidad de instalar un semáforo junto al paso a nivel de Posada de Llanes pegado al escaparate de una panadería que vende pasteles y dulces varios y que por culpa de la proximidad del artilugio no puede extender el toldo. De tal manera que el sol cuece el escaparate y a la dueña se le derriten los bombones. ¿Cuál será la próxima chifladura? ¿La intermodal de Gijón en Cimavilla? ¿Un vagón restaurante en El Vasco? Se nos ocurre una dulce recomendación para el chapuzas del apaño llanisco: que le añadan una señal en color pastel a las luces roja, amarilla y verde del semáforo de marras.
Esto del Adif es el chocolate del loro. No se le ocurra a Barbón pedir a los amigos del Ministerio que le echen un cable en vísperas de las elecciones, que son capaces de mandarle a Oviedo una catenaria. A estos tipos les encargas que diseñen el tren bala y te dibujan la locomotora con cara de oveja. Les anuncia la secretaria que les llega al despacho una baja temeraria y piensan que al otro lado de la puerta está Shakira cantándole a Piqué las cuarenta y veinte en bastos.