Más allá del Negrón

Malestar emocional

Uno de cada cuatro españoles padece trastornos relacionados con la salud mental

Malestar emocional

Malestar emocional

Juan Carlos Laviana

Juan Carlos Laviana

Hubo una época ya lejana en mi vida en la que aplazaba todas las decisiones importantes para cuando alcanzara la ansiada estabilidad emocional. Dejar de fumar, beber menos, hacer deporte, compatibilizar un trabajo demasiado absorbente con el limitado tiempo de ocio. En fin, llevar una vida más saludable, que mi vida real fuera más acorde con la vida que deseaba. Ese momento de una estabilidad sentimental y laboral, así como una salud estable dentro de la gravedad nunca llegó.

Ahora, cuando ya no hay tiempo para grandes objetivos, cuando ya hay menos futuro que pasado, he comprendido que la vida es una sucesión de contratiempos. Que la vida no es exactamente como nosotros queremos, sino que mayormente la vida es como nos viene. Que no queda otra que cogerla por los cuernos y hacerle frente.

De nada sirve frustrarse ante las adversidades, darse de cabezazos contra la pared y lamentarse de lo que no tiene remedio. Mejor aceptar aquello de que la vida es un valle de lágrimas, que tanta gracia nos hacía en la juventud deseosa de disfrutar a toda costa. Los seres humanos tendemos a confundir la ansiada felicidad, motor de nuestras vidas, con un estado de ánimo. Se puede estar contento, o alegre, pero no se puede estar feliz, porque la felicidad no es un estado transitorio. Feliz se es o no se es. Bendito idioma español que nos ofrece la posibilidad de distinguir entre el ser y el estar.

Los seres humanos tendemos a confundir la ansiada felicidad con un estado de ánimo. Se puede estar contento, o alegre, pero no se puede estar feliz porque la felicidad no es un estado transitorio. Feliz se es o no se es

En el mundo actual, marcado por la ansiedad consumista, las prisas, el estrés laboral, la soledad y otros males contemporáneos hasta existe un índice de la felicidad. Lo elabora desde hace diez años la prestigiosa empresa demoscópica Gallup. En su último informe, del pasado año, Finlandia encabeza el ránking de países más felices, seguido de los demás vecinos nórdicos. Sociedades tan avanzadas como la británica y estadounidense ocupan lugares más bien discretos, el 16 y el 17, respectivamente. Aunque peor parada sale España en el modesto puesto 29.

El hecho de que los países nórdicos aparezcan en las primeras posiciones lo atribuyen los expertos a los altos niveles de confianza social, a los sólidos sistemas de bienestar, la delincuencia relativamente baja y al escaso desempleo. La palabra clave es confianza. En un año que los autores del informe describen como "lamentable", la confianza de las personas entre sí y en sus gobiernos han sido factores clave en la clasificación. Seguro que aquí, en España, nos suena familiar eso de la desconfianza.

El último número de "Nueva Revista", publicación fundada a finales del siglo XX por el añorado maestro Antonio Fontán, ofrece un informe exhaustivo sobre lo que se ha dado en llamar bienestar emocional. Lo que antes conocíamos simplemente como felicidad ahora se ha convertido en la salud de nuestras emociones. Encontramos datos escalofriantes. Una de cada cuatro personas tiene o tendrá algún trastorno mental a lo largo de su vida; un 19 por ciento de la población española tiene síntomas de ansiedad; un 5 por ciento de los adultos padece depresión; entre 2010 y 2021 el consumo de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes aumentó en 10 puntos; entre los jóvenes de 14 a 18 años el incremento fue del 13.6.

Las cifras más estremecedoras las ofrecen los suicidios. En España es la primera causa de muerte no natural. El número crece año tras año hasta alcanzar en 2021 las 4.003 personas que decidieron quitarse la vida. Por cierto, Asturias encabeza el macabro ranking con una tasa de 12,85 por 100.000 habitantes, lo que nos acerca a los felices países nórdicos, paradójicamente con muy elevadas tasas de suicidios.

Esto sucede en el momento en que, según la mayoría de los expertos, disfrutamos, de media, del mayor bienestar material de la historia. No hay duda de que la salud mental es un problema muy grave y que requiere de medidas urgentes. Sé que no es un consuelo, pero igual nos ayuda a nuestro bienestar emocional echar una ojeada a los países menos felices de la tierra según el mencionado ránking. Empezando por el final: Afganistán, Zimbabue, Yemen, Botsuana, Tanzania. India… O tal vez nos deprima aún más.

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