QUITAR

Querer enseñar a quien enseña

Los nuevos planes de estudio en las escuelas de formación del profesorado

Lucía Rodríguez Olay

Lucía Rodríguez Olay

Creo que la educación es el arma más poderosa para crear sociedades justas, democráticas e igualitarias, y así se lo transmito a quienes estarán en las aulas el día de mañana, para que acudan a ellas con una maleta de recursos, de teorías, pero también de ganas y de entusiasmo, algo que solo se consigue cuando tienes detrás una sólida formación.

Siempre me han fascinado las palabras, el poder que tienen, la influencia que ejercen, y cómo la construcción del mundo, tal y como hoy lo conocemos, se ha sostenido en eso: en las palabras y en los libros. La literatura es uno de los elementos que más influyen en el desarrollo de los niños y niñas y de su percepción del entorno. La literatura nos ayuda a configurar nuestras ideas del bien, del mal, de lo que sí se puede hacer, de lo que no, de cómo son las relaciones o las personas, nos ayuda a conocer qué hay a nuestro alrededor o en lugares lejanos, pero también nos vale para soñar, para desarrollar nuestra imaginación, en definitiva, para crecer como persona de un modo integral.

El Proyecto de Orden del Ministerio de Universidades, por el que se establecen los requisitos para la verificación de los planes de estudios conducentes a la obtención de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de Maestra/o en Educación Primaria, minimiza drásticamente las materias vinculadas a la didáctica de la lengua y la literatura quedando reducidas a un puñado de créditos con los que no será posible formar a los futuros maestros y maestras para que sean competentes en estas áreas y respondan a las necesidades que plantean los nuevos retos educativos del siglo XXI.

Parece lógico pensar que la docencia que impartimos en las Facultades de Formación del Profesorado y Educación debe formar al futuro profesorado para que pueda llevar a cabo lo que de este colectivo se espera en relación con las leyes educativas que están en vigor, en concreto, la ley educativa (LOMLOE, 2020) y el Real Decreto 157/2022, de 1 de marzo, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria y los respectivos decretos del currículo de Educación Primaria de las comunidades autónomas de 2022.

Quienes impartimos materias relacionadas con estas didácticas nos planteamos cómo se preparará nuestro alumnado para conseguir los perfiles de salida de los que habla la LOMLOE o los principios pedagógicos que en ella se recogen entre los que está el refuerzo de la lectura con un tiempo diario dedicado a la misma. Entendemos que ese tiempo tendrá que ser un tiempo de calidad en el que al alumnado se le enseñe a disfrutar y a desarrollar competencias a través de la lectura, sin embargo, al leer el Proyecto de Ley nos preguntamos cómo lo harán si no les hemos dado herramientas a los futuros maestros y maestras. ¿Se limitará ese tiempo a una mera lectura mecánica, improductiva e inservible que conseguirá, en muchos casos, desarrollar un desapego con la lectura y con la literatura que ya será difícil recuperar?

Estos días escuchaba también cómo parecía que estas didácticas eran ajenas a cuestiones como la equidad, el racismo, la xenofobia o el género. Quienes impartimos didáctica de la lengua y la literatura somos tan conscientes de la fuerza de las palabras y los libros, que esas ideas están presentes en nuestras investigaciones y en nuestra docencia, solo basta buscar proyectos de innovación, publicaciones, charlas, materiales o conferencias en las que se deja más que patente esa ligazón que, además, es inevitable porque, al fin y al cabo, pensamos con palabras.

Queremos un profesorado que eduque en competencias, pero no le damos herramientas para ser competente, queremos un profesorado que enseñe valores, pero sin permitirle tener un conocimiento profundo de la lengua y la literatura que le ayude a transmitirlos, queremos que haya un tiempo para la lectura, pero sin un profesorado formado específicamente para ello. Difícil tarea para los maestros y maestras del mañana que, tal vez, se pregunten por qué eso no se lo enseñaron en la Facultad.

Suscríbete para seguir leyendo