En corto y por derecho

Luz Casal homenajea a Otín

Luz Casal, cantante nacida gallega y criada en Asturias, vuelve con un nuevo disco después de cinco años sin publicar canciones inéditas. En una larga entrevista con motivo de este regreso, reflexiona sobre su vida y hace público reconocimiento de sus amigos, entre los que destaca al científico Carlos López Otín, la gran referencia de la investigación en la Universidad de Oviedo. Luz Casal muestra su asombro por este "ser asombroso que sufrió la mezquindad de los peores y se sobrepuso a ella", "un sabio humanista con una capacidad insuperable de comunicación del saber", declara en esa entrevista publicada por el diario "El Mundo". Cuenta un vuelo a Mallorca en el que un niño de unos ocho años se sentó en el asiento contiguo del científico. Otín, detalla Luz Casal, "le habló durante todo el trayecto del misterio y maravilla de la vida con una nitidez, cercanía y entusiasmo que el niño, cuando aterrizamos, se despidió de él como si fuese Benzema, Superman u otro superhéroe. Es la gente capaz de generar esas emociones la que me asombra".

En el capítulo de homenajes, también la cantante dedica uno a los profesionales de la sanidad pública asturiana que atendieron a sus padres. "Si me encuentro a cada uno de los médicos que los trataron en el Hospital de Avilés y en el de Oviedo, me arrodillo ante ellos. Profesionales de una vocación impagable, a pesar (en muchos casos) de las condiciones de presión en las que trabajan. Cuando veo a algunos colegas envanecidos por su éxito pienso: qué soplapollez, sólo es una canción que gusta a muchos, pero no has salvado una vida".

Otra que vuelve, pero en este caso con la firme decisión de no volver a arrodillarse ante nadie, es Bienvenida Pérez. Invenciblemente armada con sus artes amatorias, Bienvenida casi hunde el Imperio Británico. Si usted sobrevivió a los años noventa, recordará que Bienvenida era una española con acento y pinta de inglesa pija que era celebrity porque, en un mismo golpe de infidelidad, había arruinado la carrera de su marido, el diputado conservador Anthony Buck, y la del jefe del Estado Mayor de la Defensa, Peter Harding, quien durante la primera guerra del Golfo hacía incursiones de comando en la cama de Bienvenida.… A ella, por cierto, le gustaban mayores, de esos que llaman señores, de los que te abren la puerta y te mandan flores.

El caso es que Bienvenida quiere brillar de nuevo y ha concedido una entrevista donde cuenta todos sus padecimientos. Por ejemplo, que su madre le hacía la vida imposible por su afición a llevar hombres a casa. Cuenta también que, de niña, mamá la mandó a Gijón, a casa de una familia asturiana que tenía un nieto de su edad. En aquella familia gijonesa, donde nunca la quisieron, un día descubrió que su madre había tenido también otra niña con el señorito de la casa.

Bienvenida asegura que ha cortado con la tradición materna de relacionarse profusamente con señores y que ahora solo tiene ojos para su perrita "Chanel". Bueno, también dice que es la asistente de un rico financiero cardiópata que toma muchas pastillas. Dice que le guarda las cuentas bancarias y el pastillero, que la familia del señor le está "muy agradecida" porque ella es "muy leal".

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