Acelerando el cambio

"Management", filología y música en el Día Mundial del Agua

Vidal Gago Pérez

Vidal Gago Pérez

"Tiempo de hacer un gran cambio /

Tiempo para entenderlo …/

Tiempo para empezar a hacerlo /

Tiempo de organizarlo".

("Acceleration) Canción de Bill Nelson (1983)

Casi todos los alumnos de las escuelas de negocios de este último cuarto de siglo han manejado un clásico de lo que, con acento de la Ivy League, se denomina "management". Se trata del libro de John P. Kotter titulado "Liderando el cambio". Cuestión extraña es que, habiendo sido publicado en 1996, no fue hasta 2007 cuando apareció su traducción española pese a su indudable influencia ya desde el inicio. El texto está estructurado en tres partes. En la primera analiza las razones por las que fracasan las organizaciones en sus procesos de transformación; en la segunda define su célebre proceso de ocho pasos para llevarlas a cabo con éxito, comenzando con el de imprimir carácter de urgencia a lo que se quiere acometer.

El pasado 6 de febrero, el secretario general de Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, hizo un llamamiento a los líderes mundiales para llevar a cabo acciones en el sector del agua "antes de que sea demasiado tarde". Bien. En eso parece seguir el índice del profesor Kotter. Solicitó que se involucren los estados miembros y todos los agentes relacionados para conseguir soluciones exitosas a escala global. Coincidiendo con el Día Mundial del Agua, esta semana se celebra en la ONU una reunión monográfica sobre este tema, la primera en mucho tiempo. La palabra con la que Guterres definió esta conferencia fue "watershed", que aparte de contar con la acepción de hito o punto de inflexión, tiene el significado de cuenca fluvial. Nunca mejor empleado el vocablo, por tanto.

Pero, ¿es éste el carácter de urgencia necesario? ¿Existe tal percepción? Otro gurú de la gestión fue el israelí Eliyahu Goldratt, quien, si bien es más conocido por su teoría de las restricciones recogida con éxito en su novela "La meta", escribió un libro muy clarificador de lo importante que es distinguir entre datos e información, que lleva el inequívoco título de "El Síndrome del Pajar". Si la obra es de 1990 y ya estábamos en aquello, qué cabe colegir hoy en un mundo bombardeado permanentemente por mensajes contradictorios. La respuesta ya fue adelantada por Kotter en la tercera parte de su libro, la que se refiere al, por entonces futuro, siglo XXI: "Un nivel de urgencia elevado no implica la omnipresencia del pánico, la ansiedad o el miedo. Significa un estado en el que la complacencia está prácticamente ausente, en el que las personas están siempre al tanto de problemas y oportunidades y en el que la norma es ‘hacerlo ya’". Difícil pues en el amplio espectro que va desde Greta a los negacionistas.

"Acelerando el cambio" es el eslogan que figura en las celebraciones de este día mundial, que marca el ecuador de la que en Naciones Unidas bautizaron como Década Internacional de la Acción para el Desarrollo Sostenible del Agua (2018-2028). Previamente hubo otra, la de la Década del Agua para la Vida (2005-2015), pero pasó tan desapercibida como la actual. Ahora se pretende establecer un programa que compendie los compromisos voluntarios para acelerar los procesos que lleven a conseguir los objetivos definidos en la Agenda 2030. El punto de partida de la conferencia de Nueva York es la revisión de los progresos –magros– obtenidos hasta el momento. España participa en seis ponencias, entre ellas las relacionadas con las sequías, la agricultura y la llamada economía azul. Caben dudas razonables sobre si se podrá incrementar la velocidad del ansiado cambio. Kotter propone que una de las medidas para aumentar el nivel de urgencia sea generar una crisis permitiendo un fracaso. Recuerdo una recomendación similar a nivel regional de hace unos años: "La presa de Caleao se construirá cuando Cadasa corte un día de verano el agua al área central". Afortunadamente otros recursos la han hecho prescindible.

El tema "Acceleration", de Bill Nelson, tiene cuatro versiones en el LP que sacó al mercado: la original, una corta, otra larga y una más, instrumental. Podría parecer que no encontraba la forma óptima para acelerar. Otro de los temas allí incluidos se titula "Hechos Probados del Departamento de Ficción". Esperemos que no retrate a quienes dirigen en nuestro planeta las tareas de mejora de las condiciones de acceso al agua potable y al saneamiento. Y para remate, el nombre del álbum que incluye todas esas canciones resulta descorazonador: "Quimera". O como cantaba Greta, no Thunberg sino la que formó grupo con los Garbo, "Capítulo Cerrado".

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